Sánchez prepara el terreno para un Gobierno sin presupuestos propios: "Me siento muy cómodo con estos"
“Aprobar los presupuestos es la primera y principal obligación de un Gobierno, porque sin presupuestos no hay nada que gobernar”, le dijo Pedro Sánchez a Mariano Rajoy en 2018.

Pedro Sánchez, en el Foro Económico Mundial en Davos (Suiza)
No por poner tierra de por medio, ha podido Pedro Sánchez escapar de la realidad que le persigue. A pesar de los casi 2.000 kilómetros de distancia que separan la Moncloa de la localidad suiza de Davos, el presidente del Gobierno ha sentido bien de cerca el rechazo del Congreso de los Diputados.
Ya en los pasillos del hemiciclo se barruntaba el descalabro. Justo antes de ocupar su escaño, Santos Cerdán -secretario de organización socialista- reconocía que si no hay noticia es que “no hay acuerdo”. Por parte del PNV, Aitor Esteban iba más allá, explicando que este “es un momento de la legislatura complicado”. Dos lecturas que Sánchez ya conocía de sobra antes del Pleno de este miércoles. Sin embargo, ha sido Miriam Nogueras la que ha vuelto a despacharse a gusto contra el presidente del Gobierno. “Lo que hoy tumba Junts es el trilerismo, es la mentira, sus gandulerías, sus manipulaciones, su prepotencia, sus chantajes”. Lo ha podido decir más alto, pero no más claro. Y lo peor para Sánchez es que las palabras pronunciadas por la portavoz de Junts llevan la firma de Carles Puigdemont. “Esta piratería suya ni la compartimos ni la apoyamos”, ha dicho también, por si hubiera quedado alguna duda.
En definitiva, hay dos decretos que no se han aprobado y el que lo ha hecho ha sido gracias al Partido Popular. Así que, ante esta aplastante realidad, el jefe del Ejecutivo ha comenzado a argumentar su nueva estrategia en cuanto a los Presupuestos Generales del Estado se refiere. Esos mismos que, a día de hoy, ni se han presentado.
Cuestionado en una entrevista televisiva sobre la posibilidad de no poder sacar adelante unas cuentas propias, Sánchez ha confesado –con los dedos cruzados, eso sí- que se siente “muy cómodo” con estos presupuestos. Son los prorrogados en 2023, cuando el Consejo de Ministros no estaba compuesto, precisamente, por la coalición de los miembros de PSOE y de Sumar. Entonces, era Podemos quien se repartía las carteras junto con los socialistas.
Un tiempo antes de aquel matrimonio de conveniencia, en 2018 -aunque parezca ahora un periodo muy lejano- Pedro Sánchez y su familia todavía no habían hecho la mudanza y eran vecinos de la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón. Fue entonces cuando siendo secretario general del PSOE y líder de la oposición exigió al entonces presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, la necesidad de “aprobar los presupuestos”, al ser “la primera y principal obligación de un Gobierno, porque sin presupuestos no hay nada que gobernar”. Un Ejecutivo sin presupuestos, se atrevió a decir, “es como un coche sin gasolina”. Y aseguró que si Rajoy no sacaba adelante las cuentas y no adelantaba las elecciones, le exigiría “por obligación con la ciudadanía y por responsabilidad institucional” que se sometiera a una cuestión de confianza.
“Deje en paz a los españoles”, le dice Feijóo a Sánchez
Alberto Núñez Feijóo cree que esta legislatura “es ingobernable”. El líder de la oposición le pide a Sánchez que se aparte, a la vez que le ha recordado que “sin la confianza de la Cámara ni de la calle, el Gobierno ya sólo puede aportar decadencia e inoperancia”. En Génova insisten en que ya es el momento de “convocar elecciones”. Mientras tanto, Pedro Sánchez desde Davos saca pecho de su gestión económica delante de los focos. Por detrás, ha puesto a sus emisarios a trabajar para convencer a Puigdemont, como sea.