El Supremo da un varapalo a Cataluña y ordena devolver las pinturas de Sijena a su legítimo hogar
El Tribunal Supremo desestima los recursos del MNAC y la Generalitat, confirmando la sentencia que obliga a restituir las pinturas murales del Monasterio de Sijena a Aragón, en un triunfo para la justicia y el patrimonio cultural español.

(Foto de ARCHIVO) Obras murales de la Sala Capitular del Monasterio de Sijena MNAC 19/1/2016
El Tribunal Supremo ha asestado un golpe definitivo a las pretensiones de la Generalitat de Cataluña y el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) al desestimar sus recursos de casación e infracción procesal contra la sentencia que ordena la devolución de las pinturas murales de la Sala Capitular del Monasterio de Sijena a su lugar de origen en Huesca. La sentencia, dictada el 27 de mayo de 2025, ratifica la decisión de la Audiencia Provincial de Huesca de 2020, que estimó la demanda del Gobierno de Aragón y el Ayuntamiento de Villanueva de Sijena, declarando extinguido el precario del MNAC y condenándolo a reintegrar las obras, arrancadas en 1936 y retenidas desde entonces en Cataluña.
Este fallo pone fin a un litigio que ha enfrentado a Aragón y Cataluña durante años, reafirmando el derecho del Monasterio de Sijena a recuperar su patrimonio cultural, considerado inalienable.
La resolución del Supremo desmonta los argumentos del MNAC y la Generalitat, que alegaban desde la prescripción de la acción reivindicatoria hasta la existencia de un supuesto contrato de comodato, cuya validez fue rechazada por no estar acreditado ni contar con la representación legítima del Monasterio.
El fallo también desestima el recurso del Ayuntamiento de Villanueva de Sijena, que pedía ser reconocido como codemandante principal, pero confirma su interés legítimo en la defensa del patrimonio local. La sentencia impone las costas a los recurrentes y subraya que la acción reivindicatoria no ha prescrito, al no haberse consumado la usucapión por parte del MNAC, que nunca poseyó las pinturas en concepto de dueño.
Este varapalo judicial a Cataluña refuerza la lucha de Aragón por su legado histórico y evidencia, una vez más, las maniobras de la Generalitat para retener bienes que no le pertenecen, en un nuevo capítulo de tensión entre comunidades que el Gobierno central observa con pasividad.