Otro escándalo del feminista Sánchez: Salazar renuncia acusado de “comportamientos inadecuados”

Dime de qué presumes y te diré de qué careces. Recurrir al refranero español es ahora mismo la mejor manera de sintetizar el afán con el que Pedro Sánchez trata de envolverse en la bandera feminista. Un trapo ya hecho jirones gracias a los puteros socialistas que daban lecciones contra aquellos que consumían la compañía de mujeres prostituidas y que luego ellos mismos eran los que recurrían a sus servicios sexuales. De ahí el celo del secretario general de buscar la foto con nombres propios femeninos del PSOE, justo antes del Comité Federal más explosivo.

A este ejercicio de maquillaje sanchista, se une ahora un escándalo que se ha llevado por delante un nuevo nombramiento antes incluso de que empiece a adaptarse al cargo: Paco Salazar, adjunto a la renovada secretaría de Organización y secretario de Análisis y Acción electoral, ha renunciado a su nuevo puesto.

Según una investigación exclusiva publicada por eldiario.es, varias mujeres vinculadas al PSOE denunciaron “comportamientos inadecuados” por parte de Paco Salazar, estrecho colaborador del anterior secretario de Organización, Santos Cerdán, y otro hombre clave en las primarias que llevaron a Pedro Sánchez a reconquistar el Partido Socialista Obrero Español. Las conductas, descritas como “insistentes e incómodas” las denuncia una trabajadora de Moncloa, que incluso explica que fue advertida ya por compañeras y compañeros de la amenaza que supone trabajar bajo la tutela del que iba a ser el nuevo adjunto a la secretaría de Organización socialista. Una realidad que la propia afectada califica de vox populi.

Hechos conocidos y no actuaron

En esta investigación que firman a dos manos José Enrique Monrosi y Esther Palomera queda patente que el comportamiento de Paco Salazar vendría de lejos. Además de la mujer que trabajaba junto a él en Moncloa, siendo Salazar adjunto al jefe de Gabinete de Sánchez con Iván Redondo, otra joven militante narra episodios de acoso y “baboseo” hacia ella por parte de este hombre fuerte del sanchismo.

Las denunciantes, ambas vinculadas al partido, describen conductas reiteradas que generaban incomodidad y abuso de poder, especialmente en contextos profesionales. Aunque algunas de estas situaciones habrían sido conocidas por responsables del partido, no se adoptaron medidas formal contra Salazar. Tampoco se abrió expediente alguno. Que se sepa. La reacción del aparato habría sido entonces la del silencio, y Salazar ascendiendo, como se iba a poner este sábado de manifiesto. Pero este escándalo se lo ha llevado por delante.

Y ahora qué hará Sánchez

La pregunta que sobrevuela ahora a los socialistas, pero sobre todo a las socialistas, es qué tiene pensado hacer el presidente del Gobierno si todo esto no sólo se confirma, sino que va a más con otro particular “Hermana, yo sí te creo”, o un nuevo ‘Me too’ vinculado al PSOE.

El silencio del líder socialista ante las acusaciones internas, la reincorporación de cargos bajo sospecha y la resistencia a dar explicaciones sobre lo que sabía Sánchez están erosionando uno de los pilares discursivos del actual Ejecutivo: su supuesto liderazgo feminista, ético y regenerador.

Mientras tanto, las bases del partido observan con creciente escepticismo cómo se suceden los escándalos sin que haya consecuencias políticas reales. La otra cuestión que flota en el ambiente es clara: ¿cuánto más puede sostenerse una estrategia basada en la negación y el blindaje, cuando los hechos desmienten cada día el relato oficial?