Pérez Jácome: retrato con claroscuros del Jesús Gil gallego que prepara salto a la política nacional

Gonzalo Pérez Jácome, una figura singular en la política gallega, ha trazado un camino que lo ha llevado de ser un polémico presentador de televisión local a convertirse en el alcalde de Ourense y, ahora, en un aspirante a actor relevante en la política nacional con su nuevo partido, La España Olvidada (LEO). Su trayectoria, marcada por el populismo, la confrontación y los escándalos, refleja una habilidad única para mantenerse en el centro de la atención y capitalizar el descontento social, un estilo que recuerda a figuras como Jesús Gil o Ruiz-Mateos.

Jácome irrumpió en la escena pública en 2003 con la creación de Auria TV, un canal local donde su estilo directo y crítico le ganó notoriedad. En su programa Planeta Baltar, satirizó al histórico líder de la Diputación de Ourense, José Luis Baltar, denunciando el poder de las élites gallegas. Esta imagen de rebelde frente al establishment le sirvió como trampolín para fundar Democracia Ourensana (DO) en 2001, un partido independiente con el que buscó romper el dominio del PP y el PSOE en Ourense. Aunque sus primeros intentos electorales no prosperaron, en 2011 logró un puesto como concejal en el Ayuntamiento de Ourense. Su gran salto llegó en 2019, cuando, tras quedar tercero en las elecciones municipales, un pacto con el PP lo catapultó a la alcaldía, un hito para un partido pequeño en una ciudad tradicionalmente controlada por los grandes partidos, ambos afectados por casos de corrupción. En 2023, DO consolidó su posición al obtener 10 concejales, reafirmando a Jácome como alcalde.

La carrera de Jácome no ha estado exenta de controversias. Ha enfrentado acusaciones de malversación de fondos públicos y se han difundido grabaciones en las que, según el diario La Región, negociaba pagos irregulares para financiar su campaña, incluyendo 22.000 euros de un empresario a cambio de un contrato de transporte público, canalizando parte del dinero a través de publicidad en Auria TV. Jácome desmintió estas acusaciones, señalando al periódico, a la empresa Copasa (que perdió contratos públicos) y hasta a sus aliados del PP como responsables de una campaña en su contra. Sorprendentemente, estas polémicas no han frenado su ascenso; al contrario, han reforzado su imagen de víctima del sistema, un relato que conecta con su base electoral.

Con la creación de La España Olvidada (LEO), inscrita en el Registro de Partidos Políticos el 7 de agosto de 2025, Jácome apunta ahora al Congreso de los Diputados en las elecciones de 2027. Liderado nominalmente por Susana Gómez, exconcejala de DO y su aliada cercana, el partido tiene su sede en unas galerías propiedad de la familia Jácome y busca capitalizar el malestar de las regiones rurales y despobladas de España, un mensaje similar al de movimientos como Teruel Existe o La España Vaciada. El nombre LEO, que evoca fuerza y liderazgo, refleja un discurso populista que combina críticas a las élites políticas y mediáticas, victimismo y, en ocasiones, veladas alusiones a temas como la inmigración. Su objetivo es representar a las provincias “olvidadas” por los grandes partidos, como Ourense, Lugo o Zamora, conectando con comunidades desencantadas con la política tradicional.

Tensión con el PP y Feijóo

El ascenso de LEO ha generado malestar en el PP gallego, especialmente en su líder, Alberto Núñez Feijóo, también ourensano. Feijóo percibe a Jácome como una amenaza para la base electoral conservadora en las zonas rurales, donde el PP ha sido históricamente dominante. Aunque Jácome ha gobernado Ourense con un relativo respaldo del PP, su relación con Feijóo es compleja, marcada por enfoques opuestos: mientras Feijóo opta por un estilo institucional, Jácome se apoya en la provocación. 

El éxito de DO en el Parlamento de Galicia en 2024 demuestra la capacidad de Jácome para superar expectativas. Sin embargo, su salto a la política nacional enfrenta desafíos: construir una estructura sólida más allá de Galicia y mitigar el impacto de los escándalos que han dañado su reputación.  Su objetivo está en los comicios de 2027, pero podría quedarse en un fiasco como ocurrió a otros atribulados extraparlamentarios como el propio Jesús Gil, Mario Conde, José María Ruíz Mateos, Antonio Tejero o José Elpidio Silva.