Chivite, acorralada en el Senado: la presidenta navarra, a dar explicaciones por la trama de Cerdán

Expectación en la Cámara Alta por una comparecencia que puede desembocar en otro tsunami político. Socios y oposición de los socialistas han marcado en rojo este lunes. La política no solo se mide en urnas: también en pasillos judiciales y comisiones parlamentarias. María Chivite, presidenta de la Comunidad Foral de Navarra y secretaria general de los socialistas navarros, se sienta hoy en la Comisión de Investigación del Senado bajo la presión de dos frentes que amenazan su credibilidad: la vinculación de su entorno familiar con la trama Koldo y la adjudicación de los túneles de Belate, la obra de mayor envergadura de su mandato, cuestionada por PP, UPN y Vox.

La otra incómoda rendición de cuentas llegará por la vía de la obra de los túneles de Belate, una adjudicación millonaria que, aunque no forma parte de ningún procedimiento judicial -por el momento-, despierta recelos entre la oposición. PP, UPN y Vox consideran que la obra reproduce el mismo patrón de discrecionalidad y proximidad política que alimenta la Operación Delorme, con Koldo García como sombra persistente y con Santos Cerdán como cabecilla. A lo que se sumaría también el papel de José Luis Ábalos en la mesa del Consejo de Ministros. Tres de los cuatro de la cuadrilla del Peugeot. La misma que dio la vuelta a España para relanzar la carrera política de Pedro Sánchez. Ahora, la presidenta navarra deberá responder por qué el mayor contrato de su gestión genera tantas dudas sobre transparencia y libre concurrencia.

La Comisión del Senado se ha convertido en escenario donde se exponen no solo las responsabilidades políticas, sino también la estrategia de defensa de un PSOE que intenta cerrar filas en torno a sus barones territoriales. El caso de Chivite es especialmente delicado: su liderazgo en Navarra depende de un equilibrio frágil entre socios parlamentarios y de una oposición que huele sangre. 

La comparecencia no solo será un trámite, sino un examen público que marcará el desgaste -o la supervivencia- de la presidenta Chivite.

¿Cuánto túneles de Belate hay en este PSOE?

La comparecencia de Chivite no es un episodio aislado. Encaja en la estrategia del Senado de retratar las conexiones de la trama Koldo en distintos niveles de poder. Cada nuevo nombre que aparece, cada contrato bajo lupa, dibuja un mosaico de favores y adjudicaciones que erosiona al PSOE de Sánchez. Navarra se suma ahora a la lista de territorios donde el socialismo tiene que dar explicaciones incómodas.

La pregunta que sobrevuela a la opinión pública es ¿cuántos otros túneles de Belate hay repartidos por la geografía española? Es decir, en qué otros puntos de nuestro territorio el 'sanchismo' ha sido capaz de ejercer su influencia en la administración para que las obras públicas hayan beneficiado sus propios intereses.

Navarra es el ejemplo de que la política, cuando se mezcla con la familia y las obras públicas, se convierte en un cóctel explosivo. Porque cabe recordar que Óscar Chivite es el consejero de Cohesión Territorial y Obras Públicas y presidente de Nafarbide, empresa bajo sospecha, precisamente, por la obra de Belate. De ahí que Chivite llegue al Senado para dar explicaciones, pero lo que realmente está en juego no es solo la limpieza de una adjudicación ni la distancia respecto a un tío incómodo: es la credibilidad de un liderazgo autonómico que amenaza con hundirse bajo el peso de un apellido y de un contrato.