El caso de Caroline del Valle encuentra nuevas hipótesis tras diez años en vía muerta
Desapareció el 15 de marzo de 2015 en Sabadell tras una redada policial en un macrobotellón; la última persona que la vio fue Justin, principal sospechoso sin pruebas concluyentes.
Errores iniciales de los Mossos archivaron el caso.

Caroline del Valle.
El 15 de marzo de 2015, Caroline del Valle, una adolescente de 14 años de Sabadell (Barcelona), desapareció en la madrugada tras una redada policial en un macrobotellón en la Zona Hermética. Diez años después, su caso sigue siendo uno de los mayores enigmas de la crónica negra española, con hipótesis que van desde el asesinato hasta la trata de personas o la radicalización yihadista. La presión social, el impacto viral en redes sociales con 162,9 millones de visualizaciones bajo el hashtag #carolineDelValle en TikTok y la reactivación de la investigación por una unidad especializada de los Mossos d’Esquadra han impedido que caiga en el olvido. Su madre, Isabel Movilla, mantiene viva la esperanza y así lo declaraba recientemente en El Cierre Digital: “El caso está más activo que nunca, incluso más que al principio. Nunca he sentido que mi hija esté muerta”.
Todo comenzó el viernes 13 de marzo de 2015. Caroline, en plena rebeldía adolescente con problemas absentismo escolar y abandono de estudios, pidió permiso a su madre para dormir en casa de Silvia, una amiga que Isabel había vetado por su mala influencia. Agotada por conflictos previos y amenazas de internamiento en un centro de menores, Isabel cedió tras hablar con el padre de Silvia. Al día siguiente, el 14 de marzo, Caroline y su grupo tomaron un tren hacia la Zona Hermética, cerca de la discoteca Bora Bora (hoy clausurada). Participaron en un macrobotellón masivo e intentaron colarse en locales para mayores de 18.
A las 05:00 del 15 de marzo, una redada policial irrumpió con sirenas y luces azules. El pánico provocó una huida masiva. Caroline se separó del grupo en el caos. Testigos coinciden en que corrió junto a Justin, un chico de 17 años residente en un centro de menores, con quien había estado esa noche. Justin fue la última persona que la vio con vida. Interrogado un mes después. el 20 de abril, tras fugarse, declaró que corrieron unos 300 metros, pero Caroline, exhausta, dijo que no podía más y se escondería bajo un vehículo. Nunca la volvió a ver. Nadie ha confirmado ni desmentido esta versión.
Justin llegó a la estación de Sants, donde se reagrupó parte del grupo, cubierto de lodo, con arañazos y nervioso. Mintió a un amigo diciendo que la policía había detenido a Caroline. Su historial delictivo —denuncias por maltrato familiar contra su padre y madre— lo situó como principal sospechoso. El informe inicial de los Mossos especulaba con un “fatal desenlace”: homicidio directo, accidente con ocultación del cadáver o abandono de la menor herida. Sin embargo, no hay pruebas concluyentes, y su presunción de inocencia se mantiene.A las 05:55, Caroline intentó una última llamada fallida a su amiga Nissrine desde Sabadell Sur.
Su móvil saltó antenas con una velocidad imposible a pie —más de 80 km/h en algunos tramos—, sugiriendo que iba en un vehículo por la AP-7 hacia Francia. Se apagó cerca de la frontera.
Las primeras 48 horas son cruciales en desapariciones, especialmente con testigos, vídeos de la redada y jóvenes presentes. Pero los Mossos tardaron una semana en asignar expertos en personas desaparecidas. La identificación de testigos fue lenta: muchos eran menores fugados, con historiales delictivos leves y reacios a colaborar. Sus declaraciones eran contradictorias y poco fiables.Isabel Movilla denuncia la inacción inicial: “Esa unidad nunca se interesó por encontrar a mi hija. Me dijeron que estaba muerta en un vertedero, un lugar donde, por jurisprudencia catalana, no se puede buscar, solo para archivar el caso y callarme”. Poco después, recibió una alerta anónima en redes sociales: un niño le advirtió que no buscaran más, porque Caroline estaba viva, pero en una casa abandonada, lejos y en mal estado. Lo reportó a la policía, pero no se actuó.En 2016, buscaron sin éxito en el castillo de Can Feu. El caso se archivó provisionalmente por falta de avances. Un vídeo casero recuperado años después viral en TikTok muestra a Caroline viva esa madrugada, pero nunca fue analizado oficialmente.
Nuevas hipótesis y reactivación internacionalEn 2023, una nueva unidad de los Mossos reabrió el caso con enfoque en personas desaparecidas. Hoy, en 2025, Isabel Movilla planea acciones legales contra la primera unidad por negligencia.
Dos teorías ganan fuerza
Una es la trata de personas. El salto rápido de antenas apunta a un vehículo. Un coche rojo con matrícula francesa, conducido por conocidos de Nissrine (de origen magrebí), aparece en un vídeo pericial reanalizado. Detectives privados (Spy Investigación y QuantiKa14) confirman que el móvil se movió a alta velocidad hacia Francia.

Caroline del Valle en el momento de su desaparición.
La otra es la posible radicalización yihadista: Algunos implicados eran jóvenes árabes. Aunque sin pruebas directas, se investiga si Caroline pudo ser captada o trasladada por redes extremistas.
Interpol emitió una notificación amarilla específica para localizar personas vivas, con ficha actualizada mediante inteligencia artificial del programa Minerva de los Mossos, que recrea su rostro a los 24 años. Incluye países probables: Marruecos, España, Portugal y Francia. Google y autoridades de Estados Unidos colaboran en geolocalización de dispositivos. Tres entidades de alto nivel se han incorporado a la investigación.
Un criminólogo reconstruyó sus últimos movimientos, destacando el coche rojo y la ruta hacia Francia. Fuentes policiales confirman que todas las hipótesis siguen abiertas, incluido el homicidio local.
Gracias a la presión ciudadana y las redes sociales, el caso resurgió con fuerza. El caso permanece abierto, diversificado y más activo que nunca. El enigma de Caroline del Valle no ha terminado.