| 09 de Mayo de 2024 Director Benjamín López

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Las asfixias autoeróticas, una práctica sexual extremadamente peligrosa

| Miguel Campo Opinión

Las asfixias autoeróticas, accidentales o suicidas, son un tema delicado y perturbador que merece una reflexión profunda y una mayor concienciación por parte de la sociedad joven y no tan joven. Esta práctica, que consiste en la restricción de flujo de aire durante la actividad sexual para intensificar la sensación de placer, puede tener consecuencias mortales. Al menos eso dicen los que han sobrevivido…

Le ha pasado al actor estadounidense David Carradine, todos lo recordarán, encontrado sin vida en la habitación de su hotel de Bangkok en donde se encontraba rodando una película. Habría muerto durante un acto de masturbación, informaba el comandante de la policía tailandesa. Acto sexual que salió mal, eso dijo. Lo mismo le ha sucedido recientemente a un vecino de Gerona, cuyos investigadores creen que falleció por asfixia mientras realizaba una práctica erótica. Misma muerte accidental que Kung-fu durante unas habilidades sexuales en solitario. Ambos casos con una soga atada al cuello y otra a sus genitales…Una conducta sexual extremadamente peligrosa.

Por lo que leo e indago para cubrir este espacio de auscultación, existen otras técnicas o métodos sexuales exentas de riesgo que está ganado popularidad en los últimos años. Una nueva forma de experimentar ese placer acercándose al borde y luego detenerse…Lo llaman hacer el edging, eso sí, implica un mayor autocontrol sobre el propio cuerpo, paciencia y una mayor conciencia de las sensaciones. Dicen que además fomenta la conexión y la comunicación con la pareja. Vamos, que requiere un entendimiento mutuo, sí o sí.

Las manías, obsesiones y trastornos obsesivos pueden convertir a las personas en verdaderos personajes de comedia. Y Dios me libre que no me refiero a lo contado anteriormente. Hay que reconocer que no podemos evitar soltar una risa ante algunas de las situaciones absurdas en las que podemos encontrarnos. Todos conocemos a alguien que no puede soportar ver un objeto fuera de lugar, o torcido o que necesita tenerlos perfectamente alineados. Pero no solo es orden y simetría. Conozco a una persona muy, pero que muy allegada, que cuenta los pasos que da y tiene que tocar repetidamente una superficie antes de continuar. O tener que retroceder los pasos dados por no acariciar la superficie que dejó pasar sin tocar. ¿Serán las reglas de un juego invisible que solo conoce el afectado? Los trastornos obsesivos pueden llevar estas manías y obsesiones al extremo. Desde lavarse las manos repetidamente hasta comprobar varias veces si la puerta está cerrada o encender y apagar la luz un número par de veces (2, 4, 6, 8, 10…). Pero, ante todo esto, reconozco que peor fue lo mío cuando, llegando a Rivas-Vaciamadrid de viaje a Valencia, tuve que dar la vuelta al centro de Madrid para comprobar que había desenchufado la plancha…

Es importante recordar que, detrás de las risas, hay personas que se enfrentan a dificultades reales y merecen comprensión.

Ya lo dice la psicóloga Sandra Ribeiro, estos trastornos caracterizados por la presencia de pensamientos, impulsos o imágenes mentales, intrusivos, recurrentes y persistentes pueden provocar altos niveles de ansiedad y malestar. Son comportamientos compulsivos que se realizan como rituales para neutralizar esas obsesiones. No me vendría mal una evaluación psicológica e individualizada con ella y conocer la terapia más adecuada…