EDITORIAL
Espadas y Tudanca se rinden ante Sánchez: la cobardía de vivir de rodillas antes que morir de pie
Probablemente habrán pactado una salida con premio, es decir, un carguito, un plato de lentejas asegurado. Bueno, todo lo seguro que puede estar un cómplice de Sánchez, porque cuando el amo caiga, todos van a caer con él
Luis Tudanca, actual secretario general del PSOE de Castilla y León, ya ha anunciado que no participará en las primarias del partido. Deja así vía libre para que su sustituto sea el hombre designado por Pedro Sánchez, el alcalde de Soria, Carlos Martínez.
Todo apunta a que Juan Espadas, secretario regional del PSOE andaluz, anunciará este martes la misma decisión que Tudanca. Se echará a un lado para que Sánchez imponga su voluntad sin ruido. Previsiblemente su sustituta será la vicepresidenta María Jesús Montero, si es que el caso Ábalos no le achicharra antes debido a los devaneos con Aldama de su jefe de Gabinete, por el que ella ha puesto la mano en el fuego.
Sea como fuere, lo que parece claro es que ambos, Tudanca y Espadas, se han rendido ante Sánchez. Probablemente habrán pactado una salida con premio, es decir, un carguito, un plato de lentejas asegurado. Bueno, todo lo seguro que puede estar un cómplice de Sánchez, porque cuando el amo caiga, todos van a caer con él. Han preferido rendirse y vivir de rodillas que dar la batalla y exponerse a morir de pie.
El caso de Tudanca es especialmente indigno. Consciente de que su cabeza era carne de guillotina, amagó con plantar cara a Sánchez y convocó las primarias del PSOE de Castilla y León antes del Congreso Federal del partido. Pero desde Ferraz decidieron suspender ese proceso por las bravas, porque a Sánchez no le convenía. Y Tudanca tragó. Ahora, tras medir sus fuerzas, ha decidido claudicar sin resistencia a cambio de un plato de lentejas.
Lo cierto es que no es mala cosa para los castellanos y leoneses. Tudanca nunca les defendió. Siempre antepuso la obediencia al líder. El bienestar de sus conciudadanos quedó en un segundo plano. Ni siquiera cuando se anunció el concierto económico que Sánchez entregaba a Cataluña a cambio de la investidura de Salvador Illa, Tudanca tuvo los arrestos suficientes para oponerse con rotundidad. No pasó de un leve lamento de cara a la galería que se extinguió sin llegar siquiera a la categoría de conato de incendio.
Los ciudadanos de Castilla y León se libran de Tudanca, pero en su lugar llega un sanchista más, otro cómplice que tragará con el concierto económico con Cataluña y con todo lo que decida Ferraz, aunque vaya en contra de los intereses de su región. Porque así es el sanchismo. Exige adhesión total al líder. Eso sí, el día que caiga, irán con él también todos estos cobardes que no se atrevieron a plantarle cara y que colaboraron en el deterioro moral, institucional y político de España.