EDITORIAL
La tiranía de Maduro en ebullición: ¿a qué espera Sánchez para reconocer a Edmundo González?
No cabe mayor maldad y mayor cobardía que coaccionar a alguien a través de su familia
Este martes por la noche conocimos una noticia que retrata la maldad y perversión del régimen tiránico de Nicolás Maduro en Venezuela: las fuerzas chavistas secuestraron al yerno de Edmundo González para disuadir al ganador de las elecciones de que intente cualquier cosa para ser proclamado presidente, como le corresponde en justicia, el próximo viernes 10 de enero. Edmundo González ha asegurado en varias ocasiones que estará en Caracas ese día para ser proclamado presidente. El tirano, heredero de Hugo Chávez, ha entrado en pánico, ha blindado el país con militares y, como vemos, ha pasado a la coacción nauseabunda.
No cabe mayor maldad y mayor cobardía que coaccionar a alguien a través de su familia. Quizás el cobarde y despiadado Maduro logre su objetivo de hacerse de manera fraudulenta con el poder, pero todo el planeta civilizado sabe que el legítimo presidente de Venezuela es, debería ser, Edmundo González. Maduro perdió las elecciones con estrépito, negó las actas electorales y se inventó una victoria que nunca existió.
Muy diferentes países gobernados por Ejecutivos de todos los colores han reconocido a Edmundo González como presidente electo, desde EEUU a Chile pasando por Argentina e Italia. Incluso el Parlamento Europeo lo ha hecho. España no. Sánchez no. El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, dice que no es el momento y que se cuentan con los dedos de la mano los países que lo han reconocido. Ojalá tuviera este Gobierno la mitad de la mitad de predisposición para reconocer a Maduro que la que tuvo para reconocer a Palestina, contracorriente y de manera bastante inoportuna. Con Venezuela juega con dos barajas, jugando a ponerle una vela a Dios y otra al diablo.
De la vela al diablo se encarga el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, quien no sólo forzó el exilio a España de Edmundo González, disfrazando de ayuda a un opositor el favor a su amigo Maduro, sino que nunca ha reconocido siquiera que el tirano sea eso, un tirano, y que perdió las últimas elecciones. "Hay debate", señaló al respecto hace sólo unas semanas. Entre Zapatero, musa del PSOE, y Sánchez, adalid de la falta de principios, han fabricado la vergonzosa postura de España sobre Venezuela. Mientras tanto, la familia de Edmundo González sufre la cobardía de Maduro. La situación exige un poco de valentía de la comunidad internacional, aunque ya sabemos que para causas nobles no podemos esperar a Pedro Sánchez.