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ENFOQUES DEL DIRECTOR

La cobardía de Sánchez con Puigdemont: ni nombra a Junts tras hacerle fracasar en el Congreso

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Pedro Sánchez se ha llevado un revolcón pavoroso con su decreto-trampa este miércoles en el Congreso. Contaba con sacar adelante esas 90 medidas batiburrillo, de todo tipo y pelaje, pero le ha fallado Junts. Sí, le ha fallado Puigdemont, su socio, no Feijóo. Con el PP no habían negociado nada de este decreto. No se puede esperar que le voten a favor sus 90 medidas de una tacada, muchas contrarias a lo que defiende el PP en impuestos en ocupación, y mucho menos sin negociarlas.

Del que podía esperarse un apoyo era de Junts, pero Puigdemont ha querido tensar la cuerda y le ha propinado una buena patada en el trasero a Sánchez para debilitarlo aún más y hacerle pasar por caja si quiere futuros respaldos. Sin embargo, ¿contra quién ha cargado públicamente el Gobierno y su equipo de opinión sincronizada? ¿Contra Puigdemont, su socio? No. Contra Feijóo, contra el PP, al que exige un apoyo gratuito e incondicional a su basura de decreto-trampa.

Sánchez no se atreve a atacar a Puigdemont. Así de simple. Detrás de las cámaras los socialistas no esconden su odio hacia el prófugo y hacia Junts. Les están amargando literalmente la existencia. Pero ante la cámara todos vuelcan y proyectan su ira contra Feijóo en un intento a la desesperada de escurrir el bulto. La responsabilidad de lo que pase con las pensiones, con las subvenciones al transporte público y con las ayudas a los damnificados de la Dana es del que gobierna: si no consigue los votos necesarios en el Congreso será porque no ha negociado bien o incluso no ha negociado siquiera. Si Sánchez está enfadado con Puigdemont que se atreva a decirlo o a nombrarlo. No lo hace porque está en sus manos y en lugar de meterse con él ya está preparando unas cesiones para volverlo a meter en esa mayoría de la investidura que le permita seguir en La Moncloa.

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