EDITORIAL
La hipocresía del Gobierno con los jueces: difícil caer más bajo

El presidente del gobierno, Pedro Sánchez.
Cada minuto que Pilar Alegría pasa sentada en la sala de prensa de La Moncloa es un insulto a los españoles. Una cosa es ser portavoz del Gobierno y otra muy distinta ser portavoz de la mentira, el cinismo y la hipocresía. Hay límites en la decencia y la dignidad que no se deben superar por mucho que se defienda a un partido, a un Gobierno o un sueldo que llevar a casa.
Este martes, Alegría se ha superado a sí misma con su elogio al auto de la jueza de Catarroja (Valencia) que ha imputado a la ex consejera de Justicia, Salomé Prada, responsable de las emergencias en la Comunidad Valenciana. “Es demoledor y lleno de verdad”, ha dicho antes de añadir que Mazón tiene que dimitir “por decencia y dignidad” ya que “cada minuto que sigue siendo presidente es un insulto a las víctimas”.
Un auto “lleno de verdad”, no como los autos del juez instructor del caso Begoña, Juan Carlos Peinado o los del juez del Supremo Ángel Hurtado que investiga al fiscal general, le ha faltado decir a Alegría. Para ella, la actuación de Peinado es un “montaje” para “erosionar la imagen” de Pedro Sánchez, mientras que Hurtado acusa sin “ninguna prueba concreta” a García Ortiz por lo que no hay motivo ninguno para que dimita.
Es evidente que Alegría actúa al dictado de Pedro Sánchez y que, por tanto, es el presidente del Gobierno el que habla por boca de su portavoz. Así que en realidad es Sánchez el que descalifica a los jueces que le atacan o le entorpecen su camino y elogia a los que instruyen causas contra el PP.
Hay quien dirá que todos los políticos hacen los mismo, pero no es cierto. Nunca se han visto criticas tan crudas, directas y generalizadas de un Gobierno a los jueces. Es más, hay políticos que respetan las decisiones judiciales incluso cuando les perjudican. En este sentido, la reacción de Mazón ante el auto que imputa a su exconsejera ha sido impecable: “Total respeto y total colaboración”, han sido sus palabras.
No hemos escuchado a nadie del PP ni una sola crítica a la jueza. Como debe ser. La comparación con la actitud del Gobierno y del PSOE es sangrante, esa es la realidad.