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Sánchez ignora a Feijóo frente a Trump: el muro de la irresponsabilidad

La negativa de Sánchez no solo es un error político, sino una irresponsabilidad que pone en riesgo los intereses de nuestro país. La magnitud del desafío exige unidad, no división

Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo

Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo

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El Consejo de Ministros aprobará este martes el decreto 'antiaranceles', una medida clave dentro del 'Plan de Respuesta y Relanzamiento Comercial' para contrarrestar la amenaza que supone la subida de aranceles anunciada por Donald Trump contra la Unión Europea. España se enfrenta a un momento crítico: nuestra economía, ya vulnerable, podría sufrir un golpe devastador si no se actúa con inteligencia y unidad.

En este contexto, Alberto Núñez Feijóo, líder del PP -el partido más votado en las últimas elecciones-, tendió la mano al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ofreciendo un consenso nacional para diseñar una respuesta de país. Sin embargo, Sánchez ha optado por el sectarismo y ha rechazado negociar con el principal partido de la oposición, el más votado de España, el que representa a más españoles.

La negativa de Sánchez no solo es un error político, sino una irresponsabilidad que pone en riesgo los intereses de nuestro país. La magnitud del desafío exige unidad, no división. Los aranceles de Trump amenazan sectores clave como el agroalimentario, el automovilístico y el textil, que emplean a millones de españoles. Un plan efectivo requiere el respaldo de todas las fuerzas políticas para garantizar su legitimidad y eficacia, algo que Feijóo comprendió al proponer un diálogo constructivo. Pero Sánchez, fiel a su estrategia de confrontación, ha preferido ignorar esa oferta y levantar, como prometió, un muro ante media España, la que representa el PP.

Este gesto no solo debilita la posición de España frente a la UE y Estados Unidos, sino que perpetúa una política cortoplacista y divisiva en un momento que demanda altura de miras. Sánchez parece más interesado en mantener su relato de resistencia frente a la derecha que en liderar una respuesta colectiva ante una crisis económica inminente. Mientras Europa busca coordinarse, el presidente español opta por el aislamiento interno, despreciando la oportunidad de un pacto que habría fortalecido nuestra voz. En este delicado tablero internacional, Sánchez no solo juega con el futuro de nuestra economía, sino que confirma que su prioridad sigue siendo el poder, no el país. España merece más que un líder que antepone el sectarismo a la unidad.

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