ESdiario

editorial

Óscar Puente lanza el bulo del sabotaje al AVE, el relato prefabricado que conviene al Gobierno

Lejos de asumir responsabilidades, el Gobierno prefiere el bulo del sabotaje para evitar dimisiones o ceses. Puente, quien hace meses presumía que el tren en España vive “su mejor momento de la historia”, parece incapaz de gestionar una red ferroviaria

El ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, durante una sesión de control en el Senado, a 8 de abril de 2025, en Madrid (España).

El ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, durante una sesión de control en el Senado, a 8 de abril de 2025, en Madrid (España).Alberto Ortega - Europa Press

Creado:

Actualizado:

El reciente colapso de la línea AVE Madrid-Sevilla, que dejó a 10.700 pasajeros varados y afectó a 30 trenes, ha destapado una vez más la estrategia del Gobierno para eludir responsabilidades: fabricar un relato que exonere a las autoridades. El ministro de Transportes, Óscar Puente, no dudó en calificar el robo de cable en cinco puntos de la red como un “acto grave de sabotaje”. Sin embargo, la Guardia Civil investiga el incidente como un simple hurto, sin pruebas que avalen la tesis del sabotaje. Este discurso recuerda al supuesto ciberataque que el Gobierno atribuyó a un apagón masivo reciente, también sin evidencia.

La narrativa del sabotaje no solo es irresponsable, sino peligrosa. Hablar de sabotaje implica una acción deliberada contra el Estado o Adif, una empresa pública, lo que genera una alarma social innecesaria. Pero las declaraciones del propio presidente de Renfe, Álvaro Fernández Heredia, desmontan esta teoría. En un mensaje en X, Heredia explicó que el robo de cable, detectado a las 17:44 del domingo, solo obligaba a reducir la velocidad, causando retrasos de unos 60 minutos. Fue un incidente posterior, un “enganchón” de un tren de Iryo que dañó la catenaria, lo que paralizó la circulación, dejando a pasajeros atrapados durante más de nueve horas, sin agua, comida ni información.

Lejos de asumir responsabilidades, el Gobierno prefiere el bulo del sabotaje para evitar dimisiones o ceses. Puente, quien hace meses presumía que el tren en España vive “su mejor momento de la historia”, parece incapaz de gestionar una red ferroviaria que se desmorona. Los servicios públicos, especialmente el tren, muestran una decadencia alarmante: averías, falta de comunicación y caos operativo. Mientras los pasajeros sufren odiseas, el ministro opta por un relato que lo exime de culpa. Es hora de que el Gobierno abandone las excusas y afronte la realidad: la alta velocidad no es un modelo de excelencia, sino un reflejo de su propia ineptitud.

tracking