enfoques del director
El Sánchez más cínico desvía el debate del apagón hacia la energía nuclear y suelta otra gran trola
Pedro Sánchez, maestro del engaño, el rey de la mentira, ha vuelto a demostrar su habilidad para desviar la atención y manipular el debate público. En medio de la tormenta por el apagón que dejó a millones sin luz, y mientras se cuestiona el gasto en Defensa, el presidente ha optado por una jugada llena de cinismo: llevar la discusión al terreno de la energía nuclear. Y ahí ha soltado una trola monumental, marca de la casa, al afirmar que España carece de uranio, mineral esencial para esta fuente de energía.
Nada más lejos de la realidad. España posee importantes reservas de uranio, especialmente en Salamanca, que podrían garantizar autosuficiencia durante décadas. Sin embargo, una ley de 2021, impulsada por su propio Gobierno, prohíbe su explotación, un detalle que Sánchez omite con descaro.
Este movimiento no es casual. El apagón ha expuesto las fragilidades del sistema energético español, dependiente de renovables intermitentes y de importaciones. En lugar de asumir responsabilidades o abordar el desorbitado gasto en Defensa, Sánchez ha preferido encender un debate polarizado sobre la energía nuclear, terreno donde sabe que puede dividir a la opinión pública y desviar el foco. Su mentira sobre la falta de uranio no solo es una manipulación burda, sino un insulto a la inteligencia de los ciudadanos, que merecen un debate honesto sobre la soberanía energética.
El Sánchez trilero no busca soluciones, sino cortinas de humo. Juega a la distracción para eludir responsabilidades, ignorando que la energía nuclear podría ser una alternativa viable para reducir la dependencia energética externa. Pero este Gobierno, atrapado en dogmas ideológicos y contradicciones, prefiere vetar el uranio nacional mientras importa gas y petróleo. La gran trola de Sánchez no solo revela su cinismo, sino una estrategia deliberada para esquivar la verdad y perpetuarse en el poder.