Sánchez inventa las ruedas de prensa sin periodistas

Empieza la semana con la escena que más teme La Moncloa: los protagonistas de la corrupción socialista desfilando por el Tribunal Supremo. Hoy declaran Ábalos y Koldo. El ex número 2 del PSOE y su escolta para todo. El que firmaba. El que repartía. El que callaba. El que cobraba. Y la próxima semana, Santos Cerdán. El fontanero mayor del sanchismo. El que hasta hace una semana llevaba las riendas de Ferraz…

No hay cortina de humo que tape ya la peste. La corrupción ha infectado al PSOE de arriba abajo. Y Sánchez, rodeado de imputados en su partido, su Gobierno y su familia, resiste atrincherado en su búnker, soñando que aún puede engañar a todos. Ayer pudo verse otro teatrillo. Anuncia un pacto de Defensa… sin explicarlo, sin preguntas de la prensa, en realidad no había periodistas, sin informar al PP, sin contar la verdad.

Dice que subirá el gasto al 2,1% del PIB. Pero ni hay presupuestos, ni hay calendario, ni hay dinero. Ni siquiera hay intención real. ¿Dónde queda el compromiso del 5%? ¿Se aplaza? ¿Se entierra? ¿Se inventa? Otra patada hacia delante. Otra bola. Otro titular para despistar.

Sánchez cree que todavía cuela. Cree que puede seguir vendiendo humo mientras sus ministros, su partido y su entorno familiar se hunden en el fango judicial. Pero la semana apenas empieza. Y las declaraciones en el Supremo prometen dinamitar lo que queda de relato. ¿Tirará de la manta Ábalos? ¿Hasta dónde llegará la cloaca que fundó el Peugeot? La respuesta puede ser letal. Y el sanchismo, aunque disimule, lo sabe. 

A. M. BEAUMONT