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Cerdán y la cárcel: una combinación letal para Sánchez

  Cerdán no es un peón cualquiera. Como arquitecto de los Gobiernos de Sánchez y jefe ejecutivo del PSOE, lo sabe todo: estrategias, pactos y secretos que sostienen el poder socialista

Pedro Sánchez y Santos Cerdán durante el 13º Congreso del PSN, en el Palacio de Congresos Baluarte, a 22 de marzo de 2025.Europa Press

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La entrada en prisión de Santos Cerdán, exsecretario de Organización del PSOE, ha sacudido los cimientos del Gobierno de Pedro Sánchez. Encarcelado en Soto del Real tras declarar ante el Tribunal Supremo por su presunta implicación en la trama de corrupción del caso Koldo, Cerdán enfrenta una realidad que transforma al más curtido. La cárcel ablanda, hace reflexionar y cambia la perspectiva. El poder, que durante una década de supuestos negocios turbios le otorgaba una sensación de impunidad, se desvanece en un instante. La cruda realidad de una celda y los llantos de su familia, que sufren el acoso mediático, conmueven incluso al más duro. En ese aislamiento, colaborar con la justicia se perfila como el mejor, casi el único camino viable, el menos malo de todos.

Cerdán no es un peón cualquiera. Como arquitecto de los Gobiernos de Sánchez y jefe ejecutivo del PSOE, lo sabe todo: estrategias, pactos y secretos que sostienen el poder socialista. Su papel en negociaciones con socios como ERC y Junts, y su control sobre la maquinaria del partido, lo convierten en una bomba de relojería. Las acusaciones de amaño de contratos y su supuesto conocimiento de irregularidades en la trama de mascarillas han desatado un vendaval político. La Fiscalía Anticorrupción, al exigir prisión sin fianza, ha elevado la presión sobre un Gobierno ya debilitado por escándalos previos.

La oposición, liderada por PP y Vox, ha olido sangre y señala a Sánchez como el responsable último, exigiendo explicaciones o incluso su dimisión. En La Moncloa y Ferraz, el pánico es palpable. Si Cerdán opta por hablar, cada revelación podría desenterrar nombres y vínculos que harían tambalear el Ejecutivo. Con una legislatura frágil y un comité federal inminente, el PSOE se enfrenta a una crisis existencial. Sánchez, acorralado, debe actuar rápido para contener el daño o arriesgarse a un colapso que podría precipitar el fin de su liderazgo. La celda de Cerdán no solo encierra a un hombre: encierra el destino del sanchismo.

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