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Sánchez pillado en su última hipocresía: universidad privada y católica para su hija

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Pedro Sánchez, el maestro de las mentiras y las contradicciones, vuelve a dar una lección de cómo no predicar con el ejemplo. Filtración estelar: su hija Carlota, 18 años, matriculada en ESIC University de Pozuelo. Doble grado ADE y Marketing en inglés, privada católica, 12.900 euros al año por cinco años de élite. Es una de esas universidades que, por ser privadas, reciben el maltrato de su Gobierno: las crucifica como “chiringuitos educativos” y “máquinas de títulos”. Público para el gentío, privado para la tropa familiar. Clásico del sanchismo: predicar agua y beber champagne.

Real Decreto 905/2025, de 7 de octubre en el BOE: las privadas obligadas a 4.500 alumnos, diez grados, seis másteres, tres doctorados, 2% en I+D competitiva. ESIC, con 2.539 matriculados en el curso 2023-2024, baila al borde del abismo, con cierre posible en 2028. Otras madrileñas también se tambalean. Hay 14 de 41 universidades españolas en la lista negra. Ayuso arremete con un recurso judicial por invasión competencial: 10.000 chavales podrían ir a la calle, Carlota incluida.

Ironía de ópera bufa: el laicista furibundo, azote de la “educación pagada”, cría a su dinastía en los altares que profana. Él: Real Colegio María Cristina (agustinos, San Pablo CEU) y tesis en la Universidad Camilo José Cela. David, el músico: Comillas, catedral elitista. Begoña: curso en ESIC, obvio. Coherencia, ¿dónde? Doble rasero patentado: lo público descolorido para el rebaño, lo católico premium para el corral. La Iglesia, demonio en mítines, ángel custodio en privado.

No es un chisme doméstico, sino la radiografía de un patrón despegado: haz lo que yo diga, no lo que yo haga. Sánchez amontona hipocresías como el avaro sus euros. Nos miente, nos engaña y nos toma por imbéciles. Y algunos aún le aplauden.

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