| 03 de Mayo de 2024 Director Benjamín López

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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Pedro Sánchez, el maestro de la polarización y la crispación como estrategia

El líder socialista hace honor a la palabra del año y así lo demuestra no solo este año 2023 marcado por la amnistía y las cesiones a Bildu, sino desde su llegada a la política.

| Fernando de Rosa Opinión

La Fundación del “Español Urgente”, promovida por la Real Academia de la Lengua Española y la Agencia EFE, ha escogido “polarización”  como la palabra del año 2023, debido a su gran presencia en los medios de comunicación. Realmente, la palabra “polarización”, con su significado actual,  no ha aparecido de forma espontánea durante el año que termina, sino que empezó su evolución semántica desde el momento en que Zapatero confesó al periodista Iñaki Gabilondo que al socialismo lo que le conviene es “tensionar”. En ese momento comenzó la “polarización” de la sociedad española como método de la maquinaria  electoral del PSOE.

Es cierto que el origen lo encontramos en Zapatero, pero su momento cumbre se lo debemos a Pedro Sánchez. El presidente del gobierno es el que, desde su llegada a la política nacional, se ha convertido en el “maestro polarizador”, dando perfecto sentido al significado actual de la palabra del año. Desde su origen, que hacía referencia a “orientar en dos direcciones contrapuestas”, ha avalado con sus acciones, su nuevo sentido referido a la crispación y a la confrontación, significado  por el que ha sido seleccionada por la RAE y EFE.

Sánchez, desde que fue expulsado de la secretaria general del PSOE por polarizar la investidura de Rajoy con su “no es no”, ha arrastrado su trauma por la política española, considerando que solo con la confrontación puede seguir siendo presidente del gobierno y si esta cesa se desmorona todo su liderazgo. Sin duda, necesita una sociedad crispada en la que el adversario sea visto como un enemigo irreconciliable.

El inquilino de la Moncloa siempre ha necesitado crear un enemigo al que odiar y así presentarse ante los suyos como la única salvación. Es un experto en blanquear y enfangar al mismo tiempo para crear buenos y malos y así ir moldeando una sociedad enfrentada en la que para los suyos, siempre sea visto como el mal menor, aunque muchos reconozcan que es un mal en sí mismo.

 

Así ha sido desde el comienzo, ya que polarizó en 2018 cuando utilizó una frase de una sentencia, luego eliminada por el Tribunal Supremo, para construir el relato de que había que echar a Rajoy por corrupto y para ello era necesario aceptar hasta los votos de Bildu, aunque le suponía un gran “sacrificio personal”. También polarizó en 2019 cuando utilizó sus  peones para frenar cualquier intento de pacto con Albert Rivera al grito de “con Rivera no”, cuando algún dirigente del antiguo socialismo lo propuso. 

Polarización ha sido cómo ha ido construyendo desde dicha moción de censura un muro, piedra a piedra, que ha llegado a su cénit de crispación y confrontación en su investidura después de las últimas elecciones. Pero el polarizador nunca considera que su obra está terminada, porque necesita la tensión y la crispación. Es por ello que Pedro Sánchez ha puesto una nueva piedra con la moción de censura en el Ayuntamiento de Pamplona, permitiendo que se gritara contra las instituciones del Estado desde el mismo corazón de Navarra, humillando a las víctimas del terrorismo.

Pedro Sánchez recibe a Mertxe Aizpurúa, portavoz de EH Bildu.

En los próximos meses veremos la evolución de la “polarización” según convenga personalmente a Sánchez. La Justicia seguirá siendo uno de los ejes “polarizados” que tendrá sus vaivenes atendiendo las circunstancias de cada momento y la capacidad de resistencia de los jueces y fiscales. Igual que el resto de instituciones que serán “polarizadas”  o “blanqueadas” teniendo en cuenta sus íntimos intereses, que no siempre coinciden con los de su partido, como vimos en las últimas elecciones autonómicas y municipales.

 

Pero lo que siempre intentará Sánchez es que quede al otro lado del muro Alberto Nuñez Feijóo. Sin duda, el presidente del Partido Popular seguirá siendo la figura a destruir mediante la crispación y la confrontación, puesto que es el verdadero adversario y al que más teme. Y es que representa aquello que nunca Sánchez podrá llegar a ser: un líder moderado que ha gobernado con mayoría absoluta, que le ha ganado las elecciones generales y que en cualquier momento puede romper el muro y expulsarlo de la Moncloa.

Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo en su última reunión.

Así llegamos al año 2024 que se presenta con mucha incertidumbre económica y política, pero lo que es seguro, por mucha polarización que salga de la Moncloa, es que representa una oportunidad para que la política moderada logre agrandar las rendijas que ya van apareciendo en el muro 'sanchista'. Lo que está claro es que no hay manual de resistencia que haga firme la tierra en que se cimenta la política del maestro polarizador, ya que  el cambio, como el agua, siempre encuentra la manera de encontrar el camino de la historia. Bienvenido el año 2024, año de la esperanza.