| 01 de Mayo de 2024 Director Benjamín López

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Pedro Sánchez, Oriol Junqueras y Carles Puigdemont.
Pedro Sánchez, Oriol Junqueras y Carles Puigdemont.

Pedro Sánchez, uno de los nuestros para Junqueras, Puigdemont y Otegi

Para sobrevivir políticamente, el líder del PSOE debe agachar la cabeza, humillarse y unirse al grupo de dos juzgados y condenados y un tercero prófugo de la justicia.

| Fernando de Rosa Opinión

Tras las elecciones generales celebradas el 23 de julio pasado, y que dieron como ganador a Alberto Núñez Feijóo, ha transcurrido el mes de agosto en el que las terminales informativas de la izquierda han estado a toda máquina intentando trasladar a la opinión pública que, en realidad, 137 diputados son menos que 121, por lo que el triunfador ha sido realmente Sánchez.

No obstante, la cruda realidad de la derrota socialista queda reflejada en el intento “trumpista” de impugnar las elecciones en Madrid para conseguir revertir la realidad, y aún perdiendo en todas las instancias, Sánchez intenta de forma desesperada conseguir un diputado para que la soga que le han puesto en el cuello los de Waterloo no le asfixie del todo.

De todas las maneras, a medida que vaya avanzando el mes de septiembre y se acerque el debate de investidura del presidente del Partido Popular, Sánchez no tendrá más remedio que claudicar ante Junqueras, Puigdemont y Otegi para sobrevivir, políticamente hablando. Es decir, tendrá que conseguir ser considerado de forma humillante como “uno de los nuestros” por parte de tres políticos delincuentes, dos juzgados y condenados y un tercero prófugo de la Justicia.

La frase “uno de los nuestros”, utilizada de forma magistral por el director de cine, Martin Scorsese, en la película con dicho título, refleja de forma clara cómo en el mundo de la mafia solo se sobrevivía siendo considerado como uno más de la organización. En este sentido, Sánchez solo puede ser presidente del gobierno si paga el precio que le exige el triunvirato: amnistía, referéndum y deslegitimación de la monarquía.

El 25 de septiembre en el debate de investidura Feijóo planteará a toda España que Sánchez tiene otra opción y no es necesario que se convierta en “uno de los otros”. Sobre todo pondrá encima de la mesa que 11 millones de españoles son más que el millón votos que han sacado el trío, por lo que si rechaza la mayoría constitucionalista es porque voluntariamente quiere ser uno de ellos, como le ocurría al protagonista de la oscarizada película de Scorsese. 

Esa es la realidad que Sánchez y sus “voceros” no han querido reconocer aún y es que el perdedor de las elecciones tiene menos votos que el ganador, por lo que tiene que rogar a los "otros" ser uno de ellos y pagar lo que le pidan, hacerlo de la forma que le pidan y en el plazo que a estos les convenga, aunque tenga que romper la Constitución. La decisión es de Sánchez, pero también ha de ser de los socialistas, tanto votantes como militantes y especialmente de los diputados electos, puesto que tendrán que pensar si para ellos son valores fundamentales la igualdad y la libertad o, por el contrario, son derechos negociables con condenados.

Muchos ciudadanos decidieron dar su voto al PSOE porque creyeron el mensaje fake de Sánchez de que existía riesgo de que la igualdad y la libertad se vieran comprometidas con un gobierno alternativo. Ahora que efectivamente el peligro no es hipotético sino real, es necesario que esa masa social reaccione y se niegue a entrar en el saco de los “otros”. Eso es lo coherente, ya que hacer lo contrario supone reconocer que la Justicia solo puede perseguir y condenar a quien desee el Gobierno, que se puede insultar al Jefe del Estado sin consecuencia alguna y que vivir en una parte del territorio te da privilegios frente al resto de ciudadanos, y todo por un “juego de votos” en el Congreso cuyo final no se sabe a ciencia cierta cual es.

 

Hay todo un mes para decidir cual es el futuro de nuestro Estado social y democrático de derecho, como dispone la Constitución, porque una vez votada la investidura constitucional de Feijóo y para el caso que sea rechazada, empezará el plazo para que 121 diputados socialistas sean tragados por 20 diputados de la “tríada” anticonstitucional y de lo que ocurra después, solo serán responsables aquellos que han aceptado “besar el anillo” de Junqueras, Otegi y Puigdemont.