Euforia en Moncloa: abierta vía para los "contactos particulares" con Puigdemont

Aseguran en el entorno de Pedro Sánchez que, aunque son conscientes de que no es tarea fácil, están convencidos de que lograrán un acuerdo que permita gobernar a la coalición PSOE+Sumar, con los apoyos externos de un sinfín de partidos y siglas entre los que estarían los mismos que fueron socios habituales en la legislatura pasada (ERC, Bildu, etc) además, en esta ocasión, de Junts, el partido del prófugo de la Justicia española, Carles Puigdemont. De hecho, los más atrevidos ponen fecha a la consecución del acuerdo: el próximo mes de noviembre.

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En el PP, por su parte, aseguran que trasladarán al Rey su intención de concurrir al debate de investidura, aunque sepan de antemano que los números no le son favorables y tienen todas las posibilidades de perderla, después de que el PNV haya dado un portazo sonoro a la propuesta de diálogo del PP.

Sánchez fue claro ante los suyos en su Ejecutiva: zanjó el debate con un “no penséis que en esta legislatura toca aprobar 200 leyes, porque no va a ser así”.

En todo caso, la ronda de consultas que tiene que iniciar el monarca una vez se hayan constituido la Cortes Generales no se producirá hasta finales de agosto, motivo por el que la cuenta atrás para una hipotética repetición electoral, empezaría inmediatamente después y trasladaría la nueva convocatoria electoral al mes de diciembre.

Pedro Sánchez, sin prisa

Con estos plazos, Pedro Sánchez no tiene prisa y así lo ha trasladado a su entorno. En su agenda caben unos días de vacaciones y retomar la agenda de la presidencia europea con una cierta tranquilidad.

Una vez más, según cuentan sus allegados, Sánchez es el más optimista de todos los dirigentes del PSOE y, según algunos de los asistentes a la reunión de la directiva socialista el pasado lunes, el presidente del Gobierno no solo piensa que habrá pacto que le permitirá gobernar, sino que disipa cualquier duda que le trasladan desde su entorno.

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Así, según fuentes presentes en la mencionada reunión de la Ejecutiva, cuando en un corrillo le preguntaron a Sánchez por la dificultad de gobernar con mayoría minoritaria y a los partidos independentistas como posibles socios en los que apoyarse, el líder socialista zanjó el debate con un “no penséis que en esta legislatura toca aprobar 200 leyes, porque no va a ser así”.

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En todo caso, Sánchez tendrá que aprobar los Presupuestos Generales del Estado y hacer malabares con unos socios que, de entrada, ponen sobre la mesa cuestiones como la Ley de Amnistía o el referéndum de autodeterminación en Cataluña, que ni siquiera Sánchez está en disposición de prometerles y mucho menos garantizarles, porque no dependen de él.

Pedro Sánchez no tiene prisa y así lo ha trasladado a su entorno. En su agenda caben unos días de vacaciones y retomar la agenda de la presidencia europea con una cierta tranquilidad.

Fuentes del PSC, por otra parte, advierten que, más allá de las mesas negociadoras en las que el PSOE situará a la ministra de Hacienda y vicesecretaria general del PSOE, María Jesús Montero, y al ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, y ERC a su portavoz en el Congreso, Gabriel Rufián y Teresa Jordà, mientras Junts, que tampoco tiene prisa, deshoja la margarita y todavía se lo está pensando, puede haber otros contactos -directos o no con Puigdemont- dirigidos desde el Parlamento Europeo y que tendrán que ver también con la situación del eurodiputado dentro de la Cámara y ante la Justicia europea y el ritmo y la presión que se puede ejercer desde allí para que su situación mejore o empeore en la eurocámara.

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Según parece, este circo puede organizarse con actuaciones estelares en varias pistas, no exentas de dificultad, pero Sánchez da por hecho que su apuesta por seguir al frente del Gobierno, saldrá adelante.