| 27 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Pedro Sánchez y su ruleta rusa
Pedro Sánchez y su ruleta rusa

La ruleta rusa

Todos los que conforman la 'sanchosfera' son conscientes de que cada vez está más complicado sobrevivir, políticamente hablando, al juego de la Ley de Amnistía

| Fernando de Rosa Opinión

La ruleta rusa es un juego muy peligroso en el que los participantes colocan el cañón de un revolver en la sien y al disparar se arriesgan a que la única bala que se encuentra dentro del arma salga y te produzca la muerte. El objetivo es sobrevivir.

En el juego de la amnistía, Sánchez está jugando a la ruleta rusa y en cada votación de esta legislatura se pone en riesgo la continuidad de la misma. En eso consiste la teatralidad que puede verse en cada sesión plenaria en el Congreso, aunque todos los que conforman la sanchosfera son conscientes de que cada vez está más complicado sobrevivir, políticamente hablando, por lo que el engaño y el disimulo son las reglas del juego de la presente legislatura.

 

Sánchez conoce el efecto que produce el giro de la ruleta, por eso quiere que los ciudadanos queden aturdidos y no asimilen del todo la realidad de lo que está ocurriendo, impidiendo que la importancia de los hechos produzca su efecto demoledor, pero cada hecho, sin duda, va minando al jugador presidencial.

Otegi, terrorista para el Constitucional

Estas últimas semanas, se han producido una serie de hechos, desde un punto de vista judicial, que hay que tener muy presentes. El Tribunal Constitucional ha dictado una sentencia en la que se ha considerado al socio preferente de la sanchosfera, Arnaldo Otegi, como terrorista, aunque los palmeros del poder inmediatamente han tapado cualquier efecto nocivo para el presidente.

A continuación, en la Audiencia Nacional, se ha dictado una resolución en la que se investiga Tsunami Democràtic por terrorismo vinculando su jefatura, presuntamente, al prófugo Puigdemont. En seguida, desde la Moncloa se ha iniciado una campaña de desprestigio del juez García Castellón sembrando las dudas sobre su independencia e incluso llenándole de insultos y acusaciones, queriendo que olvidemos que el artículo 324 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal obliga a los jueces a dictar cada seis meses una resolución recopilando los indicios de delito que existan y quiénes pueden ser los responsables, lo cual es una garantía para los investigados, y el plazo para dictar la misma concluía el 29 de enero, detalle que han obviado los insultadores profesionales de la sanchosfera.

Con posterioridad, otro juez, obligado por el mismo artículo, puso de manifiesto la connivencia de Puigdemont con la Rusia de Putin y la oferta rusa de proporcionar 10.000 mercenarios para una Cataluña libre, con la finalidad de desestabilizar a España y por consiguiente, la Unión Europea. Inmediatamente la sanchosfera se ha dedicado a insultar al juez Aguirre, convirtiéndose en uno más de los odiados jueces revienta amnistías.

Blanqueo del terrorismo

Mientras, la ruleta rusa sigue girando con el blanqueo del terrorismo en la ley de amnistía, el naufragio por el momento de esta ley, la fuga de un diputado de ERC investigado por terrorismo a Suiza y justificado por la vicepresidenta María Jesús Montero, la declaración de Sánchez que ha afirmado que el independentismo no ha realizado ningún acto terrorista, convirtiéndose de repente en juez y parte. Y desde la Unión Europa, el parlamento europeo se opone a amnistiar delitos de corrupción, svotado en contra por los diputados del PSOE, y todo eso en una semana escasa.

El juego de la ruleta rusa es muy peligroso y desde que en 1937 se popularizó dicho término, apareciendo por primera vez su referencia en la revista estadounidense Collier´s Magazine, son cientos los participantes que han sufrido sus consecuencias, todos ellos, jugadores que se creían muy listos y audaces, pero que han sucumbido por su temeridad y falta de límites.

Sánchez está constantemente saltando líneas rojas y en el juego de la amnistía está compitiendo con otro jugador tan audaz y falto de límites como él: Puigdemont. Sólo uno de ellos sobrevivirá en la política, porque son dos políticos de similares hechuras, siendo las trampas su cotidiana forma de actuar. Mientras tanto, el tambor de la ruleta gira, en un juego que como se ha podido comprobar, tiene mucho de ruso, de peligroso, arriesgado y de falto escrúpulos. Pero así es el mundo de la sanchosfera.