Unidas Podemos ha prendido un fuego que Pedro Sánchez no sabe o no puede apagar. Y la tensión se masca en el ambiente, empezando por las redes.
El Rey está en la diana del Gobierno. O al menos de una parte nada desdeñable del mismo, la que ocupa Unidas Podemos, con su máximo líder a la cabeza: tras meses coqueteando con la presión a la Corona, Pablo Iglesias y Alberto Garzón han elegido el peor momento de la historia reciente de España, asolada por el virus y la crisis, para lanzar su ofensiva indisimulada.
Un tuit del ministro de Consumo, desaparecido desde hace meses, ha abierto una Caja de Pandora que en realidad nunca estuvo cerrada desde que, en 2018, Sánchez llegara por primera vez a La Moncloa sustentado en partidos que siempre han querido ver muy lejos al Jefe del Estado:
La posición de una monarquía hereditaria que maniobra contra el Gobierno democráticamente elegido, incumpliendo de ese modo la constitución que impone su neutralidad, mientras es aplaudida por la extrema derecha es sencillamente insostenible.
— Alberto Garzón (@agarzon) September 25, 2020
Se refiere el dirigente comunista a la llamada que don Felipe le hizo al presidente del CGPJ, Carlos Lesmes, para comunicarle en persona que le hubiera gustado estar en el acto de entrega de despachos judiciales en Barcelona, que hubiera presidido de no haber sido vetado por La Moncloa en el último momento. Pese a que el Monarca aceptó resignado la prohibición, Podemos ha querido presentar su protocolario mensaje privado al magistrado como, tiene bemoles, un acto de insubordinación:
El artículo 56 de la Constitución dice que el rey es inviolable porque sus actos siempre están refrendados por el Gobierno. Por eso el Gobierno no puede vetar al rey porque quién ordena no puede vetar. Que Felipe VI llame a Lesmes sin refrendo le pone fuera de la Constitución.
— Juan Carlos Monedero (@MonederoJC) September 25, 2020
La campaña, que lo mismo incluye caceroladas en pleno confinamiento que peticiones de retirada del título de Emérito a don Juan Carlos, cuenta también con el respaldo de determinados medios de comunicación y periodistas que comparten el objetivo final de Podemos: cambiar el sistema de Monarquía Parlamentaria que recoge la Constitución por otro de República federal.
Pero exactamente al revés. El golpe de estado no lo da quién está dn el poder sino el que quiere obtenerlo al margen de la ley https://t.co/Qjlpuex5nh
— Elisa Beni (@elisabeni) September 25, 2020
Es un ejemplo de quienes piensan que el Rey, que aclaró que su llamada fue un mero acto de cortesía tras el plantón involuntario, está en una especie de conspiración o se deja utilizar por quienes la organizan. Una tesis sin ninguna prueba que la demuestra, pero de gran éxito entre quienes, ellos sí, desafían ya abiertamente a la Constitución . Y que tiene respuestas, claro, aunque pocas vienen del PSOE.
Alguna, como la de Antonio Martín Beaumont, lo relaciona con otro episodio inquietante de la semana, las advertencias de Pablo Iglesias al PP en el Congreso, que tanto recuerdan a la frase que la historia adjudica a La Pasionaria contra Calvo Sotelo: "Usted no volverá a hablar aquí". Y poco después fue asesinado, en un episodio clave para entender por qué España acabó en una Guerra Civil:
Da miedo la amenaza al PP de Iglesias en el Congreso: “No volverán a formar parte del Consejo de Ministros de este país”. Si algo es esencial en democracia es la alternancia. Conociendo los gustos totalitarios del líder morado cabe imaginarse el camino que escogería. pic.twitter.com/UTYXImSnbH
— Antonio M. Beaumont (@Amartinbeaumont) September 25, 2020
O ésta del profesor y eurodiputado Luis Garicano, que lee los gravísimos hechos en clave revolucionaria y los inserta en un panorama desolador que, lejos de encontrar bálsamos en el Gobierno, recrea tensiones en el peor momento imaginable:
Insostenible es la posición de un ministro del gobierno de España que ataca la más alta magistratura del estado y que, siguiendo el modelo de su confesado ídolo Lenin (cuanto peor, mejor) aprovecha el peor momento en 40 años para llevar a cabo su revolución desde el gobierno. https://t.co/OraTb3yKi3
— Luis Garicano (@lugaricano) September 25, 2020
Y una más, de un tuitero anónimo, que da en el calvo sobre el esperpento que supone que cargos públicos designados por una Constitución "monárquica" y nombrados con la firma del Rey; le ataquen sin piedad mientras los hospitales y las colas del paro se llena:
Quien jura un cargo, prometiendo o jurando fidelidad al Rey, para después tratar de derribarlo a toda costa, debería ser detenido, juzgado y encarcelado... Y tirar la llave al mar.
— (@DracheJose) September 26, 2020
Insostenible es que un inútil con 4 votos, pueda ser ministro... https://t.co/cdW8pgq1Zu
Que en 2020, con una pandemia terrible acechando sin fecha de caducidad, sea el propio Gobierno quien mira a los años 30, resulta escandaloso. Y genera tal vez un efecto contrario al deseado: mucha gente que no estaba en estos debates, quizá empiece a estarlo. La tensión se masca en el ambiente, agravada por el silencio del presidente del Gobierno: él habló de unidad ayer, sí, pero de la planetaria. De la de España, ni rastro pese al panorama:
75 años después de la firma de la Carta de @UN, los líderes mundiales tenemos más motivos que nunca para actuar. Y la pandemia que vivimos nos recuerda la obligación moral de hacerlo unidos. La unidad permite el progreso, salva vidas. Solo la unidad puede salvar el planeta. #UNGA pic.twitter.com/njpPavlMBb
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) September 25, 2020