| 07 de Mayo de 2024 Director Benjamín López

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Sánchez se rodeará de “perros de presa” para sobrevivir la legislatura

El PSOE es un hervidero de especulaciones de distinta índole sobre un futuro Gobierno de Sánchez. Nadie sabe en realidad cuándo podrá materializarlo. Ni, incluso, si se materializará.

| Antonio Martín Beaumont Opinión

El PSOE está ahora mismo en modo resistencia. Las negociaciones en las que está embarcado Pedro Sánchez son de alto riesgo. Pero el mandamás socialista va por todas, aún a sabiendas que va a quedar en manos del prófugo Carles Puigdemont. No tiene claro no ser abandonado por el camino y abocado, en poco más de un año, a pulsar el botón nuclear del anticipo electoral. El alto mando socialista ha detenido el tiempo y mira cómo evolucionan los acontecimientos.

El plan inicial de ir a toda prisa a un debate de investidura en octubre quedó hecho añicos ante la falta de avances en los contactos con Junts. El pasado fin de semana el propio ex presidente de la Generalitat de Cataluña, a través de sus redes sociales, insistía en dejar la pelota en el tejado socialista para evitar la repetición de las elecciones reivindicando “la legitimidad del 1 de octubre” y enarbolando la vía unilateral. Fue todo un jarro de agua fría para La Moncloa.

 

El PSOE sigue dando vueltas sobre sí mismo debatiendo la necesidad de una concesión de Junts. Mientras, el círculo del presidente del Gobierno en funciones tiene estudiado qué hacer y hasta dónde llegar con la amnistía en el intento de blindar el futuro texto de la batalla que tendrá lugar en los tribunales.

El golpe de Sánchez usando al ex alcalde de Valladolid, Óscar Puente, contra Feijóo durante su investidura fallida fue interpretado como un anticipo de lo que llegará. Los perfiles agresivos prometen ganar espacio

Obviamente, el borrado penal de los encausados del procés es la materia prima de las conversaciones y Sánchez Sánchez se rodeará de “perros de presa” para sobrevivir la legislaturainsiste en poner la “política” por encima de la ley, por más que ese salto deje el Estado de derecho en las raspas frente a quienes quisieron llevárselo por delante con un golpe.

Sin embargo, Puigdemont no se mueve. Por más que el entorno de Sánchez se agarre a que los separatistas en ningún momento han llegado a amenazar con levantarse de la mesa de negociación. Una forma como otra cualquiera de consolarse. Un miembro del Consejo de Ministros admite que “todo se va complicando más de la cuenta”.

 

Sánchez, la pasada semana en su polémica fotografía con Bildu.

 

Ante esta constatación, la intensa movilización del PP contra las negociaciones supone ya un quebradero para el PSOE. El vuelco dado por Sánchez al tablero es de tal envergadura que lo llevó a hacerse la foto con la portavoz de Bildu, Mertxe Aizpurua.

 

Lo hizo el líder socialista con su secretario de Organización, Santos Cerdán, aunque libró de salir a la titular de Hacienda, María Jesús Montero, para ahorrarse las sacudidas en el socialismo andaluz, del que forma parte la ministra. Las base andaluzas del partido están particularmente molestas con las cesiones a los independentistas.

Era la primera vez que los herederos de Batasuna se reunían públicamente con un presidente del Gobierno, de ahí la máxima trascendencia que ellos mismos dieron a la cita. Gara, su diario de cabecera, lo plasmó así: “El encuentro abre una nueva etapa puesto que una imagen así nunca se había producido”.

El PSOE es un hervidero de especulaciones de distinta índole sobre un futuro Gobierno de Sánchez. Nadie sabe en realidad cuándo podrá materializarlo. Ni, incluso, si se materializará.

El círculo del presidente en funciones tiene estudiado qué hacer y hasta dónde llegar con la amnistía en el intento de blindar el futuro texto de la batalla que tendrá lugar en los tribunales.

Aunque si se da por sentado que van a reducirse las carteras. Además, se espera, que el líder del PSOE, dote de un extraordinario empaque político a su nuevo equipo. Porque, si echa a andar la legislatura, el principal “enemigo” a batir será Alberto Núñez Feijóo y la extraordinaria musculatura del PP, para lo que se hará necesario que “al presidente lo guarden perros de presa”, según la descripción de un alto cargo de Ferraz.

 

El golpe de Sánchez usando al ex alcalde de Valladolid, Óscar Puente, contra Feijóo durante su investidura fallida fue interpretado como un anticipo de lo que llegará. Los perfiles agresivos prometen ganar espacio tanto en el Gabinete como en el grupo parlamentario en el Congreso.

¿La polarización? ¿La crispación? ¿El frentismo? De esto, nada se escucha en el socialismo. Así que si Puigdemont, al final alza su pulgar, nos esperan meses de escenarios de división de bloques y tensión incrustada en la política. Frentismo. Y tampoco la calle quedará al margen de ese ambiente irrespirable.