| 27 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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El líder del PSOE y presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, recibe a la portavoz de EH Bildu, Merche Aizpurua.
El líder del PSOE y presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, recibe a la portavoz de EH Bildu, Merche Aizpurua.

Pedro Sánchez con Vox no, con los etarras sí

El líder del PSOE clama al cielo y reniega de "los ultraderechistas" de Vox pero no tiene problema en posar con los de Otegi en una foto que le perseguirá de por vida.

| ESdiario Editorial

El diario El Mundo publica este lunes una investigación muy rigurosa sobre el pasado de Arnaldo Otegi, miembro de ETA, condenado por varios delitos de terrorismo y hoy día socio principal de Pedro Sánchez. No en vano los votos de Bildu son los únicos que tiene garantizados formalmente a día de hoy el candidato socialista a la investidura.

Esa investigación desvela que Otegi podría estar implicado en bastantes más de los tres delitos que se le conocían hasta ahora. En concreto, los testimonios de una docena de etarras le achacan hasta diez crímenes: nueve secuestros y un asesinato, el del político de UCD Juan de Dios Doval, todos ellos cometidos entre 1977 y 1987. Ese es el socio de Sánchez y con su grupo se hizo el viernes una fotografía de esas que nos hielan la sangre y que pasará a la historia de la infamia política de España.

Otegi no es una excepción, es el líder con pasado terrorista de un partido lleno de miembros con pasado terrorista. Bildu, los socios que comparten foto con el presidente del Gobierno en funciones, está plagado de etarras. Ser terrorista imprime carácter. Una vez que se comete un atentado se es terrorista para siempre. Se puede ser un terrorista que ha cumplido sentencia, un terrorista arrepentido o un terrorista que ya no le interesa matar, pero ese calificativo le acompaña hasta la muerte.

Además de terroristas condenados, Bildu tiene otros miembros que, como mínimo, se pueden considerar simpatizantes de ETA o miembros de ese entramado terrorista que llegaba más allá de los comandos que cometían los atentados. Es el caso de la fotografiada con el sonriente Pedro Sánchez. Merche Aizpurua, hoy portavoz de Bildu en el Congreso, ha sido condenada dos veces por apología del terrorismo, delitos cometidos durante su etapa de periodista en la revista ‘Punto y hora de Euskal Herria' y en el diario Gara. También fue redactora jefa del diario Egin, una publicación del entramado etarra que fue cerrada por el juez Baltasar Garzón.



En esa foto de Aizpurua con Sánchez aparecía también el senador de Bildu Gorka Elejabarrieta, amigo íntimo de Alex Akarregi, un terrorista de ETA acusado de integrar el comando que atentó contra el socialista Eduardo Madina en el año 2002. Elejabarrieta participó en un homenaje al etarra nada más salir de la cárcel, como prueban los documentos gráficos existentes de aquel momento.

Y hay mucho más. Por ejemplo, la formación abertzale presentó a 34 candidatos con pasado etarra en las elecciones municipales celebradas el pasado 28 de mayo, siete de ellos asesinos. Ahí es nada. Bildu es eso, es la continuación de ETA tras dejar de matar. Sánchez les ha dado protagonismo porque los necesita. Pacta con ellos en el Congreso y en Navarra e incluso ya hasta se hacen fotos juntos. Con Vox no, con los herederos de ETA sí.