En contraste con la grasa común, la grasa visceral se guarda en lo más profundo del cuerpo. Se ubica alrededor de órganos vitales como el hígado, el páncreas y los riñones.
Esta grasa visceral puede dar lugar a un vientre prominente o lo que se conoce como una forma corporal de "manzana". Además, produce sustancias químicas y hormonales que pueden ser perjudiciales para la salud.
La grasa corporal visceral, a veces llamada grasa "oculta", se encuentra profundamente dentro del abdomen, rodeando los órganos como el hígado y los intestinos.
Representa aproximadamente una décima parte de toda la grasa en el cuerpo. En contraste con, la grasa subcutánea se almacena debajo de la piel y es la que se puede ver y tocar. La grasa visceral, en cambio, permanece oculta a simple vista.
La grasa visceral es fundamental para mantener una separación adecuada entre los órganos del cuerpo. Sin embargo, acumular demasiada grasa puede provocar problemas graves de salud, como inflamación y presión arterial alta, lo que aumenta el riesgo de enfermedades graves. Esto se conoce como "obesidad central".
Además, la grasa visceral también tiene un impacto en una hormona llamada adiponectina, que juega un papel importante en la regulación de la grasa corporal. La acumulación de grasa visceral inhibe la acción de la adiponectina en el cuerpo. Esto significa que el cuerpo puede comenzar a producir más grasa de la necesaria, lo que a largo plazo puede tener efectos perjudiciales en la salud.
Además, un alto nivel de grasa visceral también puede afectar la sensibilidad a la insulina. Esto significa que existe un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en el futuro si se acumula una cantidad excesiva de grasa visceral en el cuerpo. Por lo tanto, es importante mantener un equilibrio adecuado de grasa en el cuerpo para preservar la salud a largo plazo.
Diversos factores pueden contribuir al aumento de la grasa visceral:
El almacenamiento excesivo de grasa en el cuerpo, ya sea en forma de grasa visceral o subcutánea, está relacionado con varios riesgos para la salud.
La grasa visceral es especialmente preocupante, ya que puede aumentar el riesgo de desarrollar el síndrome metabólico, que incluye presión arterial alta, obesidad, colesterol elevado y resistencia a la insulina. En conjunto, estos factores aumentan la probabilidad de sufrir accidentes cerebrovasculares, enfermedades cardíacas y diabetes tipo 2.
Además, el exceso de grasa visceral en el abdomen también se ha asociado con otras condiciones de salud, como demencia, cáncer, asma, enfermedad hepática, enfermedad de la vesícula biliar, gota, problemas de fertilidad, dolor de espalda baja y osteoartritis.
Perder grasa visceral es importante cuando se encuentra en exceso, pero es fundamental hacerlo de manera gradual y con asesoramiento médico. Aquí hay algunas pautas clave:
La grasa visceral, ubicada profundamente en el abdomen y alrededor de los órganos internos, es un tipo de grasa que puede ser perjudicial para la salud. Su acumulación está relacionada con una serie de riesgos, incluyendo el síndrome metabólico, enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2, así como otras condiciones como demencia, cáncer y problemas de fertilidad.
Para reducir la grasa visceral, es esencial adoptar un enfoque gradual y sostenible que incluya una dieta equilibrada, actividad física regular, manejo del estrés y un sueño adecuado. Además, es importante buscar orientación médica si se tiene un exceso significativo de grasa visceral, ya que un enfoque personalizado puede ser necesario para lograr resultados óptimos.
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