| 05 de Mayo de 2024 Director Benjamín López

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Alimentos de la dieta mediterránea.
Alimentos de la dieta mediterránea.

Un estudio revela que el estilo de vida mediterráneo puede reducir la mortalidad

Según un estudio de la UAM una mayor adhesión al estilo de vida mediterráneo podría reducir el riesgo de muerte prematura hasta en un 23 por ciento y podría ser adaptable a otras geografías.

| Lucía Cubilot Salud

Un estudio llevado a cabo por un equipo de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), el CIBERESP e IMDEA Alimentación, ha explorado la relación entre adhesión a un estilo de vida mediterráneo y el riesgo de mortalidad en población no mediterráneas, concretamente en la población británica. El estudio sugirió que la dieta mediterránea podría potenciar aún más sus efectos positivos si se combina con un adecuado descanso, actividad física regular y una vida social activa, por lo que una mayor adhesión a este estilo de vida podría reducir el riesgo de morir prematuramente hasta en un 23 por ciento. 

Una mayor adhesión al estilo de vida mediterráneo podría reducir el riesgo de morir prematuramente hasta en un 23 por ciento.

Más de 9 años de seguimiento a más de 110.000 personas

El estudio, publicado el pasado agosto en la revista Mayo Clinic Proceedings, hizo, de media, un seguimiento de casi 9 años y medio a más de 110.000 personas de 40 a 75 años de la cohorte del Biobanco del Reino Unido que no sufrían ni enfermedades cardiovasculares (ECV) ni cáncer, entre los años 2009 y 2012 hasta el año 2021. Para evaluar el estilo de vida mediterráneo, los investigadores utilizaron el índice MEDLIFE, un instrumento compuesto por 25 ítems que examina hábitos como la alimentación, el tiempo dedicado a la socialización y las horas de sueño. En cuánto a la información de la mortalidad para poder hacer la asociación objeto del estudio se utilizaron los registros nacionales.

El estilo de vida mediterráneo, adaptable y beneficioso también para otras geografías

Este estudio es relevante para la comunidad científica ya que sienta las bases para posteriores investigaciones sobre estilos de vida en poblaciones con hábitos distintos a los mediterráneos. Tal y como explica la Dra. Mercedes Sotos-Prieto, profesora de la UAM y líder del estudio, “los resultados indican que es viable adaptar un estilo de vida mediterráneo en poblaciones no mediterráneas utilizando productos disponibles localmente, aportando así valiosa información para investigaciones futuras”. Por lo que no es necesario vivir en geografías específicamente mediterráneas para adaptar este saludable estilo de vida, incluida la dieta. 

Por su parte, el investigador de la UAM y primer autor del estudio, Javier Maroto-Rodríguez, hace énfasis en la importancia de no sólo llevar una beneficiosa dieta mediterránea, sino de considerar también “todas las dimensiones de nuestra vida cotidiana”. De esta forma, se refiere a que “mantener una interacción frecuente con amigos y familiares, asegurar un buen descanso nocturno y optar por alimentos y bebidas saludables puede tener un impacto significativo en nuestra salud a largo plazo”. La Fundación Dieta Mediterránea coincide en que:

"La Dieta Mediterránea es una valiosa herencia cultural que representa mucho más que una simple pauta nutricional, rica y saludable. Es un estilo de vida equilibrado que recoge recetas, formas de cocinar, celebraciones, costumbres, productos típicos y actividades humanas diversas".

Los múltiples beneficios de la dieta mediterránea en nuestra salud

Vamos a recordar los beneficios que tiene para la salud llevar un estilo de vida mediterráneo. Según el portal de información medicina Medline Plus, la dieta mediterránea, oriunda de la regiones bañadas por el Mar Mediterráneo en el sur de Europa como Italia, España, Portugal o Grecia, entre otros, se basa en comidas a base de vegetales con pequeñas porciones de proteína animal, un consumo elevado de granos enteros, frutas y verduras frescas, nueces y legumbres, alimentos con alto contenido en fibra, mucho pescado y marisco, el tradicional aceite de oliva como la principal fuente de grasa empleada para preparar los platos y alimentos que se sazonan de manera simple. Esto se traduce en niveles de azúcar en sangre más estables al eliminar o reducir los dulces y otros postres, colesterol y triglicéridos más bajos al consumir una reducida cantidad de carne roja y a un menor riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas