| 26 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Embajada: Salvemos a los políticos

Llevamos tantos años criminalizando a los políticos de todo lo malo y poniéndoles continuamente el ojo de la diana, que al final los buenos se han ido.

| Fernando Ferrando Edición Valencia

Yo sé que a más de uno le pone la piel como escarpias pensar que al mando de este país está Pedro Sánchez y su ejército de ministros y paniaguados de toda índole. Pero es lo que tenemos y lo que nos merecemos. Llevamos tantos años criminalizando a los políticos de todo lo malo y poniéndoles continuamente el ojo de la diana, que al final los buenos se han ido y han quedado los que no saben hacer otra cosa que medrar en un partido político.

Hemos dicho que son unos inútiles, que cualquier lo haría mejor, que no merecen lo que ganan y aún menos cualquier tipo de privilegio. Ante la más mínima duda les hemos llamado ladrones, les hemos llevado ante los tribunales y hemos arruinado su fama y hacienda. Nos alegra verles vestidos con ropa que parece sacada del mercadillo, yendo en el AVE en segunda y no les enviamos al borreguero porque no existe. Todo esto ha sido un acto de demagogia que quizás no tenga precedentes en la historia de la humanidad.

Y claro, pasa lo que pasa. Que quien no es un inútil, gana un buen sueldo y tiene prestigio dice que nanai de la China, que no cuenten con él para la política. Así es que ahora, al mando del barco están los que están: gente sin dotes de liderazgo, que transmiten escasa o nula confianza y aún menos entusiasmo. No han gestionado en su vida un equipo humano ni se han enfrentado a una crisis como la que nos afecta ahora. Para colmo de males han llegado a la cima de su carrera profesional demasiado jóvenes y eso les hace arrogantes, se creen mejores que el resto y por tanto no saben rodearse de los buenos y aún menos escucharlos.

La culpa de que estén ahí, en el puente de mando, es nuestra no suya. Y ahora nos toca achantar y seguir sus instrucciones. Por eso ellos deberían ser los primeros en vacunarse. Son los que están al mando y lo peor que le puede pasar a un barco en plena tempestad es que el puesto de mando se quede vacío. De ellos, del Presidente del Gobierno, de los ministros, de los presidentes autonómicos, de sus conselleres, de los alcaldes, etc. depende el orden y la seguridad.

Ojalá aprendamos la lección y la próxima vez elijamos mejor. Pero para eso necesitaremos mejores candidatos y eso dependerá de que devolvamos a la política el prestigio y la consideración que requieren.

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