| 18 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Grisolía, presidente del CV, y varios consejeros durante un pleno en diciembre pasado.
Grisolía, presidente del CV, y varios consejeros durante un pleno en diciembre pasado.

Íntimo pero bronco pleno del CVC sobre los derribos de Agrónomos

El Consell Valencià de Cultura mantiene un duro debate sobre la demolición de la antigua Facultat de Agrónomos que ha sido censurada por organismos como el el Colegio de Arquitectos.

| Fernando García Bonet Edición Valencia

El esperado Pleno del Consell Valencià de Cultura para dar respuesta a sendas, aunque diferentes, consultas de los grupos municipales de Ciudadanos y Partido Popular se celebró ayer a “puerta cerrada” y sin testigos o, mejor dicho, a “telematismo opaco” y en la intimidad.

Cómo ya informó ayer mismo ESdiario, con la peregrina excusa de “preservar la intimidad de las personas” y amparándose en una curiosa y poco habitual interpretación de la ley de protección de datos, los medios normalmente presentes a voluntad propia en el salón de plenarios, debemos
conformarnos ahora con la nota de prensa que la Institución facilita finalizada la sesión y algunas pinceladas vía Twitter o Facebook que se van produciendo a lo largo de la sesión. Las que curiosamente incluyen en ocasiones la fotografía de los asistentes desde sus casas, o desde dónde estén, pese a la excusa esgrimida para no dar acceso por streaming a la prensa, convirtiendo lo público en privado y hurtando la transparencia a la que la Institución se debe.

En cualquier caso, la expectación sobre el Pleno de marras fue por el largo tiempo transcurrido desde que el pasado 20 de diciembre, los grupos mayoritarios de la oposición municipal, eso sí cada uno por su cuenta y con su propia argumentación, solicitaran Informe sobre los valores patrimoniales de las naves derribadas de la antiguas Facultades de Ingenieros Agrónomos y Agrícolas, diseñadas por los arquitectos Moreno Barberá y Borso di Carminati. Hay que tener en cuenta que el CVC, como reza el art. 3 de la Ley 12/1985 por la que se rige, es “la Institución
consultiva y asesora de las Instituciones públicas de la Comunidad Valenciana, en aquellas materias específicas que afecten a la cultura valenciana” y habitualmente es calificado por su Presidente, Santiago Grisolía, como el máximo organismo estatutario consultivo de la Generalitat Valenciana en aspectos culturales.

Por esta razón, hasta ayer no se conoció el Informe “aprovat per majoria, i s'ha presentat un vot particular que ha rebut l'adhesió d`alguns dels membres” (sic NP) elaborado y defendido por el arquitecto González Móstoles en su condición depresidente de la Comisión de Legado Histórico. Es más exacto que el Informe quedó refrendado por quince consejeros, entre ellos el propio Presidente, mientras seis suscribieron el voto particular que defendió el ex catedrático de arquitectura José
María Lozano, a la sazón miembro del CVC desde 2011 y hoy presidente de la Comisión de las Ciencias.

Así, el extenso y documentado Informe aprobado por esa significativa mayoría, termina afirmando “no ha existido ni en el PGOU 1988 ni en su Modificación de 2006, nivel alguno de protección sobre las naves traseras de ambas Escuelas, sobre las que se preveía desde 1988 la construcción de cuerpos de edificios en altura, por lo que sería un genuino oxímoron urbanístico que estuvieran protegidas y a la vez pudieran ser demolidas según un mismo documento de planeamiento”, ello pese a
admitir que “… pudieron cumplir con holgura con los requisitos (del sistema de objetivación propuesto por el profesor Alonso de Armiño) y alcanzar la protección patrimonial …”

Bien por el contrario, el voto particular o recurrente, de acuerdo con lo establecido en el art. 25.1 de la citada Ley, sostenido por seis consejeros incluida la Vicepresidenta de la Institución, diferencia cuatro bloques argumentales:

El primero, más conceptual aunque sin desarrollo, afirma la existencia de valores patrimoniales que “no son pocos” a criterio de sus autores. El segundo pone de manifiesto incidencias administrativas que terminan en la “inmediatez de la intervención sin cautela alguna”. El tercero el “disgusto generalizado” que ha llegado a la opinión pública. Para terminar con una detallada exposición de los “indicios que aconsejaban una protección cautelar del conjunto”.

 

No será este el punto final, ya que los populares presentaron con anterioridad a este pleno, nuevo escrito ampliando su argumentación y solicitud, que tendrá que ser informado de nuevo. Lo que algunos llaman ya en tono irónico el culebrón de Agrónomos, como las series televisivas de moda, continúa intrigante y se escribirán nuevos capítulos.