| 26 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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El volcán de ‘Cumbre Vieja’ emite una gran columna de ceniza, al amanecer, a 24 de septiembre de 2021, en El Paso, La Palma,
El volcán de ‘Cumbre Vieja’ emite una gran columna de ceniza, al amanecer, a 24 de septiembre de 2021, en El Paso, La Palma,

Ministerio para la Promoción de la Virtud y la Prevención del Vicio

Existe una renuncia consciente al buen gobierno de la casa (ecología, urbanidad, democracia) y su sustitución por eufemismos o neologismos escapistas y vacíos.

| José María Lozano Edición Valencia

No pareció ser una fake, bien por el contrario la noticia saltó apenas hace unos días informando del cambio realizado por los el gobierno talibán afgano en sustitución del antiguo Ministerio de Asuntos de la Mujer. Pero lo cierto es que, por aparentemente irrelevante o por pura cobardía no la he visto glosada con posterioridad (cuando esperaba un inminente y decidido twit de nuestra aguerrida ministra de Igualdad; por ejemplo). No sé si a ustedes -como a mí- les recordó los denodados esfuerzos de nuestro particular gobierno por legislar lo políticamente correcto y perseguir el pensamiento libre con su permanente intromisión en la libertad individual de los españoles.

Es curiosa, por no utilizar calificativos más gruesos, la coincidencia de métodos del fundamentalismo aun persiguiendo objetivos diametralmente opuestos en apariencia. Pero ya es sabido que los extremos se tocan.

Los últimos dramáticos acontecimientos acaecidos en España, desde la erupción del volcán Cumbre Vieja de la Isla bonita (nuestro corazón está con todos los palmeros) hasta la Dana repartida desde Terres del Ebre y Alcanar a Lepe o San Sebastián de los Reyes, incluida la Comunidad Valenciana, traen una realidad palpable que necesita gestión eficiente y urgente, mientras nuestros políticos siguen enredados en sus egocéntricas luchas de poder tan alejadas de los problemas que de verdad importan. O lo que es peor, opacándolos sin escrúpulos.

Mientras la luz sube y sube porque lo único que baja en España es el prestigio internacional y la fiabilidad del gobierno

A la escandalosa primera reacción de la ministra Maroto animando al “espectáculo” turístico -la que aspiraba a la vicepresidencia de la Comunidad de Madrid pertrechada de su navajita plateá- se sumaron las del socialista Torres Pérez - presidente de Canarias- con la “fiesta de la naturaleza” (apenas difundidas), hasta que la megalomanía patológica de Sánchez, de avión en avión, ha acabado tildando de “oportunidad” la tragedia. No tienen remedio.

Como en catarata, se han sucedido la imputación de González Laya por el caso Ghali y sus consecuencias diplomáticas y migratorias (con el delicado respaldo de Sánchez), la apertura de diligencias para investigar a Fernando Simón en un juzgado de instrucción madrileño, el informe demoledor del Consejo de Estado sobre las pretensiones de Castells con su reforma universitaria, hasta llegar a la última payasada de Puigdemont en Cerdeña.

Mientras los separatistas catalanes pretenden expulsar el español de las universidades y el Senado se cree Babel; mientras en Baleares se expedienta a una médico que no cura en catalán y se tapa -como también hizo Mónica Oltra en Valencia- el abuso de menores bajo su tutela, en Ceuta se declara festivo (móvil, imagino) el final del Ramadán. Mientras la luz sube y sube porque lo único que baja en España es el prestigio internacional y la fiabilidad del gobierno. Y todo esto no es de recibo.

Este abandono de la ciudadanía -tal vez sumisa, tal vez ajena- es el indicio más preocupante de la decadencia del sistema y de la inversión de todos los valores de buen gobierno

Resulta insoportable asistir a este abandono de la dignidad y “las cosas de comer” sin que la oposición, enjuguescada con sus diferencias y las batallitas internas, reaccione de forma contundente. Este abandono de la ciudadanía -tal vez sumisa, tal vez ajena- es el indicio más preocupante de la decadencia del sistema y de la inversión de todos los valores de buen gobierno. Por más que se proclame con cinismo institucional y legislativo la defensa de inexistentes reivindicaciones marginales amparadas en la abstracta noción de “colectivos” de todo tipo y especie.

La renuncia consciente al buen gobierno de la casa (ecología, urbanidad, democracia) y su sustitución por eufemismos o neologismos escapistas y vacíos, que se retroalimentan entre sí y de imposible constatación y nefastas consecuencias naturales y sociales es la realidad incontestable que pone, a unos y otros, a los pies de los caballos.

Ellos, por su lado, sin pudor alguno, andan apostando por promover la virtud y prevenir el vicio ajenos, enfangados en su carencia de aquélla y la pertinaz e indisimulada práctica del segundo. Y así nos va. Hay que sacarlos.