| 11 de Mayo de 2024 Director Benjamín López

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La consellera Mireia Mollà con su gato en uno de sus bailes de TikTok
La consellera Mireia Mollà con su gato en uno de sus bailes de TikTok

Mireia Mollà y Ronald Koeman

La consellera de Compromís echa la culpa al equipo del ‘burrogate’, pero debería saber que, como en el fútbol, el entrenador es el máximo responsable. La picota a una gestión polémica

| Enrique Martínez Olmos Edición Valencia

Mireia Mollà y Ronald Koeman unidos por el destino de sus equipos, quien iba a decir que ambos coincidirían en esta realidad de multiverso que nos ha tocado vivir. La primera queda tocada por la mala actuación del equipo de su conselleria al frente del escándalo de la muerte de 11 burros en trágicas circunstancias en un parque natural bajo un proyecto auspiciado por su departamento. El segundo por los malos resultados del Barça.

Pero hay una diferencia básica: Koeman sabe que, si el equipo no funciona, su cabeza será la primera que ruede, porque el entrenador, el líder, es el máximo responsable. Mireia no, ella cree que no tiene nada que ver con el caos de su propia conselleria, y piensa que entregando alguna cabeza de algún pobre subalterno al sacrificio logrará tapar el escándalo. 

A Mollà no vamos a hacerle como a Koeman y no vamos a recibirle con insultos y amenazas con su coche. Somos más civilizados que los ultras del Barça, aunque ella misma y sus colegas Mónica Oltra, Grezzi y compañía no tienen problema en hacer eso cuando gobernaba el PP. No, Mollà tiene suerte de tener una oposición más civilizada que la de Koeman y la que ella mismo practicaba. Pero eso no libra de su responsabilidad. Eso no lo va a librar de tener que dar explicaciones quién sabe si ante un juez poniendo en picota su trayectoria. Aunque para eso deberíamos tener asociaciones ecologistas con un poco de dignidad y no untadas hasta las cejas que ahora miran para otro lado.

El ‘burrogate’ puede ser la puntilla que fulmine las aspiraciones políticas de una consellera que fue la cara bonita de Compromís y el verbo afilado contra el PP pero que a la hora de la gestión sólo ha ido por libre y generando incendios y desencuentros, como si no supiera que esto de gobernar es algo que se hace en equipo, y más en un gobierno de coalición a tres partidos. Como si no supiera que una cosa es estar en Les Corts chillando en contra del PP y otra muy distinta coger las riendas de la gestión, donde ha sido una calamidad.

El propio Ximo Puig es el primero que detesta a su consellera aunque lo disimule muy bien, pero en el PSPV no ocultan su satisfacción a que le ‘llegue su San Martín’, aunque esta vez no se sacrifiquen cerdos sino burros. Mollà ha sido una fuente de conflicto desde el minuto uno. Con casos de espionaje de agendas y desahucio de despachos a su secretario autonómico de Agricultura, el socialista Francisco Rodríguez Mulero (PSPV), al que tiraron del despacho aprovechando que no estaba. Surrealista.

El tema de la ampliación del Puerto de Valencia ha sido una fuente constante de rifirrafes donde Mollà, parafraseando a Joan Ribó, olvida que es la consellera de todos y de un gobierno de todos, no una activista más, y que ella podrá de estar de acuerdo o no, pero si quiere ir detrás de la pancarta todo el día en contra del criterio de su propio gobierno, que deje el sueldo y el coche oficial y se ponga a ello. Pero la moqueta gusta mucho. 

Mollà es una de esas personas que no entiende que el ecologismo y el desarrollo sostenible debe ser eso, sostenible, pero también desarrollo. Porque si por ella fuera no se podría aprobar ningún proyecto. Algo fácil de decidir cuando llevas desde los veinti algo viviendo de la teta pública porque tu padre era un mandamás de EU luego reconvertido a Compromís.

Ahora Mollà, la consellera que baila en pijama con su gato en TikTok como hazaña más reseñable de su gestión política, en palabras de Frank Cuesta,  nos ofrece la cabeza del director general de Medio Natural para tapar la incompetencia de su conselleria en el caso de los burros. Es como si Koeman ofreciera despedir a Piqué porque el Barça va mal. No, Mireia, no, es tu equipo, ha fallado y tú eres la máxima responsable de la cadena de negligencias cometidas. Ahora solo falta saber quién se irá antes de su puesto, si Koeman o Mollà, aunque la segunda aguante por presiones botánicas. Pero ya está finiquitada.