Reus, Valls y Altafulla
Cataluña, Región Mundial de la Gastronomía: una ruta entre sabores y tradición
En 2025, Cataluña se reafirma como un destino gastronómico de primer nivel. Mercados, bodegas y restaurantes Michelin celebran su riqueza culinaria con eventos y experiencias únicas. Descubre una ruta imprescindible por Reus, Valls y Altafulla, donde la historia y el sabor se fusionan.

Calçots brasa de Valls, Tarragona
Durante todo este año, Cataluña ostentará el título de Región Mundial de la Gastronomía, un reconocimiento a su tradición culinaria y la excelencia de sus productos. Más que un simple título, este galardón se materializa en un sinfín de eventos y festivales que convertirán a Cataluña en el epicentro gastronómico del año.
Degusta el Grand Tour de Cataluña es una ruta circular que atraviesa viñedos, mercados y restaurantes, ofreciendo una inmersión en la cocina local. Cataluña es una de las grandes despensas del Mediterráneo, con productos icónicos como el aceite de oliva, la butifarra, los mariscos del Delta del Ebro y los prestigiosos vinos del Priorat y el Penedès.
Entre las experiencias más auténticas de la ruta, destacan las visitas a bodegas familiares y la participación en festivales gastronómicos de temporada, como la tradicional calçotada en Valls o la recolección de setas en el Pirineo. En total, el proyecto ofrece más de 400 propuestas de actividades repartidas en 15 etapas a lo largo de 2.100 kilómetros, que cada uno podrá realizar a su ritmo, en su propio coche.
Para resaltar la riqueza gastronómica de la región, desde el origen de los productos hasta su degustación en la mesa, la Agencia Catalana de Turismo invita a explorar cada rincón a través de una experiencia sensorial que combina sabores, paisajes y costumbres, disponible en el portal Som Gastronomia.
Nada mejor que un viaje por el interior de Tarragona para saborear esta celebración gastronómica. En apenas dos días, podrás recorrer tres joyas donde la historia y la cocina se funden: Reus, Valls y Altafulla.

A la izquierda, Vidriera Casa Navas. Arriba a la derecha, bodega de la Casa Padró. Abajo a la derecha: chef Ferrán Cerro
Reus, modernismo y vermut
El centro de Reus es un museo al aire libre, con calles repletas de construcciones modernistas firmadas por arquitectos como Josep Maria Jujol y Pere Caselles, como la Casa Rull, el Teatro Fortuny o el Instituto Pere Mata, joyas que reflejan la opulencia de una época dorada marcada por el auge del comercio del vino y el aguardiente.
Pero si hay algo que caracteriza a Reus, además de su arquitectura, es su estrecha relación con el vermut. A finales del siglo XVIII, la ciudad era un referente en la producción y comercio de aguardiente, hasta el punto de que se popularizó la frase “Reus-París-Londres” para describir su importancia en el sector. Con el tiempo, los productores comenzaron a elaborar vermut y muchas de las marcas nacidas en esa época siguen activas, como Yzaguirre o Miró.
Hoy en día, la Ruta del Vermut ofrece un viaje sensorial que combina visitas a bodegas, catas guiadas y maridajes únicos. El Museo del Vermut es una parada obligatoria, con una colección de más de 6.500 objetos relacionados con esta bebida aromatizada. Entre las bodegas más destacadas, Casa Vermouth Padró, con más de un siglo de historia, sigue elaborando vermuts de calidad, manteniendo la tradición familiar.
Para completar la experiencia, en el centro de Reus, el restaurante Ferrán Cerro ofrece una propuesta gastronómica vanguardista que ha conquistado a los paladares más exigentes. Un lugar ideal para cerrar la visita con una propuesta que fusiona tradición e innovación, que actualmente ostenta un Sol Repsol y la recomendación de la Guía Michelin.

Imágenes de Majols Natura y el Fortí del Rourell, donde los Calçots son los protagonistas
Valls, la tierra de los calçots
En esta localidad, la Gran Fiesta de la Calçotada, celebrada a finales de enero, es el evento por excelencia para los amantes de este manjar. Pero si quieres vivir la experiencia en cualquier otro momento de la temporada (de noviembre a abril), hay múltiples restaurantes especializados y masías en la zona que ofrecen este menú típico, acompañado de carnes a la brasa, pan con tomate y vino de la región.
El cultivo del calçot cuenta con Indicación Geográfica Protegida (IGP) y se limita a cuatro comarcas: Alt Camp, Baix Camp, Tarragonès y Baix Penedès. En El Rourell, Majols Natura es uno de los principales productores de este manjar.
A escasos metros de sus fincas se encuentra el Fortí del Rourell, un castillo palaciego del siglo XII, declarado bien de interés cultural, donde se celebran calçotadas en un entorno histórico incomparable, con menús completos y visitas guiadas que sumergen a los comensales en la historia y la gastronomía local.

Hotel Gran Claustre, con vistas a La Vila Closa
Altafulla, descanso junto al mar
Su casco antiguo, conocido como 'La Vila Closa', es un conjunto arquitectónico medieval del siglo XVIII declarado Bien Cultural de Interés Nacional. Sus calles empedradas y casas con encanto trasladan a otra época, mientras que su proximidad a la costa la convierte en un refugio perfecto para desconectar.
Entre los grandes atractivos de Altafulla destaca el Hotel Gran Claustre, un alojamiento con encanto que fusiona la elegancia de su estructura histórica con un diseño contemporáneo en sus 39 habitaciones. Su restaurante, Bruixes de Burriac, dirigido por el chef Jaume Drudis y presente en la Guía Michelin, es una parada imprescindible para disfrutar de la cocina de proximidad, con productos frescos del mar y la montaña.
La playa de Altafulla es uno de sus encantos, con aguas tranquilas y un ambiente relajado, ideal para pasear al atardecer. Muy cerca, la Villa Romana de Els Munts, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, ofrece un fascinante viaje al pasado romano de la región.
No muy lejos, el Castillo de Tamarit, una imponente fortaleza medieval junto al mar se alza como uno de los lugares más emblemáticos de la costa catalana, ofreciendo un paisaje espectacular que combina historia y belleza natural.
Cada parada es un festín para los sentidos: el vermut que perfuma Reus, los calçots dorados al fuego en Valls y la brisa salina que envuelve Altafulla. Un viaje donde la historia y la gastronomía se funden en cada bocado y una muestra de por qué Cataluña ha sido nombrada Región Mundial de la Gastronomía 2025.