RUTA DEL VINO EN ARGENTINA
Ocho bodegas de Mendoza que todo amante del vino debería visitar
Al pie de la cordillera de los Andes, entre viñedos centenarios, diseños contemporáneos y barricas de roble, visitamos ocho bodegas imprescindibles del Valle de Uco y Luján de Cuyo, que revelan el alma vinícola de Mendoza y ofrecen inolvidables experiencias enológicas para los cinco sentidos. Mendoza se saborea a sorbos lentos.

Viñedos de la Bodega Piedra Negra con los Andes nevados como fondo
Mendoza es el corazón del vino argentino, una provincia al pie de los Andes donde la malbec se cultiva a más de 1.000 metros de altitud y donde cada copa invita a explorar el paisaje y descubrir las historias que encierra. Sus bodegas no son solo centros de vinificación, sino templos enológicos que combinan arquitectura de autor, arte, gastronomía y una profunda conexión con el entorno.
Hoy, 17 de abril, se celebra el Día Mundial del Malbec, un vino elaborado con la uva tinta del mismo nombre, que llegó desde Francia en el siglo XIX gracias al ingeniero Michel Pouget, justo antes de que la filoxera arrasara los viñedos europeos. En Argentina —y especialmente en Mendoza— encontró su lugar ideal: un clima árido, suelos diversos, viñedos de altura y el agua del deshielo andino.
Con más del 75 por ciento del viñedo nacional, Mendoza es la gran región vinícola de Argentina. Su sistema de riego —inspirado en técnicas ancestrales incas y huarpes—, la influencia del viento Zonda y la geografía montañosa moldean un carácter único. Hoy, una nueva generación de productores explora microrregiones y terruños con identidad propia.
En este viaje por Mendoza, recorremos ocho cavas emblemáticas donde se combinan historia, arquitectura, gastronomía y los mejores vinos argentinos, con la malbec como gran protagonista. Ocho paradas imprescindibles para entender el presente —y el futuro— del vino argentino.

Bodega Catena Zapata, con su característico diseño arquitectónico de pirámide maya.
Catena Zapata, la bodega familiar más antigua de Argentina
La visita a la bodega, diseñada como la pirámide maya del Templo del Gran Jaguar en medio de un mar de viñas, es tan reveladora como simbólica: un homenaje al pasado que proyecta el vino argentino al futuro. Su restaurante, Angélica Cocina Maestra —un homenaje a la madre de Nicolás—, gira en torno al concepto de ‘Wine First’, pues el vino marca el ritmo.
El icónico Catena Malbec 2000 fue el primer malbec super premium de Argentina exportado con éxito, con una destacada relación calidad-precio. Merece especial mención la etiqueta de su vino Malbec Argentino, —diseñada por las hermanas Adrianna y Laura Catena— que narra la epopeya de esta variedad en el Nuevo Mundo, a través de cuatro figuras femeninas: Eleanor de Aquitania, La Inmigrante, Madame Phylloxera y la propia Adrianna.

Fachada de la Bodega Weinert construida en 1890, inspirada en las villas italianas.
Bodega y Cavas de Weinert, la huella del paso del tiempo
Bernardo Carlos Weinert, empresario brasileño del transporte, fundó esta bodega tras quedar fascinado por Mendoza y proponerse elaborar vinos capaces de rivalizar con los europeos. En 1975 adquirió el edificio y dos años después lanzó su primera cosecha: el mítico Estrella 77, el primer malbec argentino etiquetado como varietal de calidad con años de guarda. Este vino demostró por primera vez que este tinto podía evolucionar con grandeza, abriendo el camino para convertirlo en emblema nacional.
La bodega, con capacidad para 4 millones de litros, cuenta con dos cavas subterráneas donde los vinos envejecen al menos dos años en grandes toneles de roble francés y esloveno, de hasta 44.000 litros. Su filosofía es clara: elaboración tradicional, siguiendo el clásico estilo bordelés, con un perfil definido, fiel a su esencia y ajeno a modas pasajeras.
Mientras que la gran mayoría de las bodegas en Argentina lanzan sus vinos de alta gama como mucho tres años después de su añada, esta bodega sigue apostando por la impronta del paso del tiempo. Un ejemplo extraordinario es su Weinert Malbec Estrella 1994, nacido de viñedos de más de 80 años y criado durante 16 años en tres toneles seleccionados, antes de ser embotellado en 2010. Este vino de suprema calidad se transformó en una de las ediciones limitadas de la Weinert Colección Estrella.

Zona social de la Bodega Cheval des Andes.
Cheval des Andes, la gran apuesta del Grupo LVMH
En 1999, el francés Château Cheval Blanc se asocia con la bodega argentina Terrazas de Los Andes y así nace Cheval des Andes, una bodega dedicada a crear un ensamblaje bordelés donde domina la uva malbec. El resultado: un vino elegante, de gran complejidad, que hoy muchos consideran el auténtico Grand Cru de los Andes.
Aquí se comparte la filosofía de que un gran vino comienza en el viñedo. Sus 50 hectáreas se dividen entre Las Compuertas (Luján de Cuyo) y La Consulta (Valle de Uco), dos zonas de altura y personalidad única. Las Compuertas, a 1.070 metros de altitud, se beneficia de un microclima fresco y seco ideal para una maduración lenta y equilibrada.
Malbec, cabernet sauvignon y petit verdot se ensamblan para lograr un vino excepcional, que combina la expresión vibrante del malbec argentino con el rigor y la elegancia de un gran burdeos, con notable capacidad de guarda.
Un ejemplo de esta armonía es el Cheval des Andes 2021, un tinto elegante y preciso, con 49 por ciento de cabernet sauvignon, un 48 de malbec y un 3 de petit verdot. Fresco, con acidez vibrante y una complejidad que evoluciona en copa, refleja el equilibrio perfecto entre dos mundos.

La Bodega Kaikén mira a los Andes, la frontera natural con Chile, su casa madre.
Kaikén Wines, el nexo vinícola entre Chile y Argentina
La bodega ocupa un edificio de 1920 levantado por el enólogo Ítalo Calise, y debe su nombre al caiquén, un ganso patagónico que cruza la cordillera entre Argentina y Chile, símbolo perfecto de esta conexión vinícola entre ambos países.
Con capacidad para elaborar hasta 7 millones de litros, Kaikén combina tecnología de vanguardia con prácticas biodinámicas. Utiliza tanques de hormigón, unas 1.500 barricas de roble y depósitos de diferentes volúmenes, lo que permite una vinificación precisa y flexible.
Sus viñedos se extienden por Luján de Cuyo, Valle de Uco, Salta y el Valle de Canota, lo que les permite capturar la riqueza de diversos terroirs argentinos en vinos expresivos y de gran carácter.
Además de ofrecer experiencias enoturísticas, Kaikén cuenta con el restaurante Ramos Generales, dirigido por el célebre chef Francis Mallmann. Un espacio relajado, entre viñas y fuegos, ideal para disfrutar de una cocina en contacto con la naturaleza y en compañía de grandes vinos.
Entre sus vinos, destaca Kaikén Ultra Malbec 2020, un varietal de malbec que se elabora con uvas de tres zonas a gran altitud sobre el nivel del mar: Los Chacayes (1.250 m), Altamira (1.200 m) y Gualtallary (1.300 m), que le permite combinar los mejores atributos de esos tres terruños del Valle de Uco. Este tinto compacto, robusto y concentrado, con un paladar definido y muy suave, cuenta con una buena acidez, firmeza y equilibrio.

Viñedo nevado de las Bodegas Salentein al abrigo de la cordillera de los Andes.
Bodegas Salentein, vinos comprometidos con la tierra en la que nacen
La bodega se ubica en Los Árboles de Villegas, a 1.200 metros de altitud, rodeada por un ecosistema desértico protegido de más de 49 hectáreas y con los Andes como telón de fondo. Desde aquí, Salentein proyecta el nombre del Valle de Uco al mundo: sus vinos se exportan a más de 40 países.
Su diseño arquitectónico, en forma de cruz, no es solo estético: optimiza el recorrido de las uvas durante la elaboración. Cada ala funciona como una pequeña bodega con dos niveles y todas convergen en una cámara central circular que evoca a los templos clásicos.
Bajo tierra, a nueve metros de profundidad, descansan 5.000 barricas de roble francés en un espacio donde todo está pensado para respetar al máximo el vino: temperatura constante de 12 °C, piedra en el suelo y una simbólica rosa de los vientos en el centro.
Completa la experiencia el Restaurante Salentein, con cocina de raíces andinas, productos locales del Valle de Uco y en un entorno natural inigualable, todo ello armonizado con los vinos de la bodega.
De su porfolio destaca el Salentein Malbec Reserva 2021, un tinto afrutado, intenso y complejo, con gran estructura y un final largo.

Vista aérea de la entrada a la Bodega Domaine Bousquet que se funde con la cordillera.
Domaine Bousquet, pionera del vino orgánico en Argentina
A 1.200 metros de altitud, las 240 hectáreas de viñedo disfrutan de un clima fresco, con brisas constantes y gran amplitud térmica. Las uvas se cultivan sin pesticidas ni productos químicos, bajo prácticas que respetan el entorno y potencian al máximo la calidad del fruto.
La bodega, que fusiona el saber hacer europeo con la riqueza del terruño argentino, lanzó su primera añada en 2002. En 2005 se incorporó Labid Al Ameri, y desde 2011 él y su mujer, Anne Bousquet, dirigen la empresa familiar.
Hoy, Domaine Bousquet exporta a más de 50 países y se ha consolidado como referente en el segmento de vinos orgánicos premium. Su crecimiento constante ha ido acompañado de premios y puntuaciones destacadas a nivel mundial.
La experiencia se completa en Gaia Lodge, su acogedor hotel de siete habitaciones, con vistas a los viñedos y a la cordillera y con un restaurante donde la cocina y el vino se funden con el paisaje.
Entre sus etiquetas brilla el Bousquet Reserve Malbec Orgánico, un tinto elegante y equilibrado, con un 85 por ciento de malbec y aportes de cabernet sauvignon, merlot y syrah. Crianza de 10 meses en barricas de roble francés para un vino de gran estructura y carácter.

La bodega Zuccardi seduce al mundo por la particular expresión de sus vinos.
Zuccardi, perfecta fusión entre bodega y naturaleza
La historia de esta saga vitivinícola arranca en 1963 con Alberto ‘Tito’ Zuccardi, quien, obsesionado con la lucha contra la sequía de Mendoza, plantó su primer viñedo para probar un sistema de riego propio. En 1985, su hijo José Alberto consolidó el legado escalándolo a nivel mundial y, desde 2009, su nieto Sebastián lidera el área de investigación, profundizando en el estudio del terruño.
Fincas como Piedra Infinita, Los Membrillos o Las Cuchillas expresan la diversidad de suelos y microclimas del Valle de Uco, que dan origen a vinos que reflejan el carácter único de la región. La bodega trabaja con vasijas de hormigón sin revestimiento, muchas de ellas cónicas, que permiten una vinificación con mínima intervención, respetando al máximo la pureza de la uva.
La experiencia se completa en el restaurante Piedra Infinita, con un menú de pasos de productos regionales armonizados con vinos de la casa y vistas sublimes a la montaña.
Entre sus joyas enológicas destaca el Finca Piedra Infinita Supercal 2021, un varietal de malbec procedente de una parcela de menos de una hectárea, sin paso por madera, de textura fina, taninos firmes y deliciosa frescura.

Fachada principal de la Bodega Piedra Negra, construida en un entorno semidesértico.
Piedra Negra, visión francesa en el corazón de Los Chacayes
Allí plantaron cabernet sauvignon y, pocos años después, en 2002, sorprendieron al mundo con un malbec sublime que bautizaron como Chacayes. Tal fue el impacto de este vino que, cuando en 2017 se reconoció oficialmente la Indicación Geográfica Los Chacayes, los hermanos Lurton cedieron generosamente la marca registrada para que todos los productores de la zona pudieran identificar sus vinos con ese nombre.
La bodega se construyó en 1984 sobre suelos aluviales de gravas oscuras, que dan nombre al proyecto: Piedra Negra. En esta tierra alta, a 1.100 metros sobre el nivel del mar, François apostó por una viticultura orgánica, convirtiéndose en pionero también en sostenibilidad. De hecho, desde 2016, todos sus vinos cuentan con certificación ecológica.
En sus 99 hectáreas de viñedo se cultivan tanto variedades tintas —malbec, cabernet sauvignon, cabernet franc y côt— como blancas —pinot gris, tocai friulano, sauvignon blanc y viognier—. Gracias a las condiciones climáticas de este desierto en altura y a unos suelos muy drenantes y poco fértiles, los vinos del Valle de Uco, y en especial los de la Indicación Geográfica Los Chacayes, tienen una personalidad única que combina frescor y concentración.
Entre sus etiquetas más emblemáticas está el François Lurton Piedra Negra Reserva Malbec 2023, elaborado con uvas de Los Chacayes y criado en barrica. Un vino floral, estructurado, complejo y final prolongado, que captura la esencia de este rincón único del Valle de Uco.
Visitar Mendoza es más que recorrer una ruta del vino: es viajar al corazón de una cultura que entiende la tierra, el tiempo y la paciencia como ingredientes esenciales del arte de hacer vino.