El mercadillo navideño más antiguo de España existe desde el siglo XVIII... y aún hoy lo visitan más de 2 millones de personas cada Navidad

Frente a la Catedral de Barcelona (una de las catedrales góticas que no puedes perderte), en pleno corazón del barrio Gótico, el mercadillo navideño de 'La Fira de Santa Llúcia' lleva desde 1786 marcando el arranque emocional de las fiestas en Cataluña. Más de dos siglos después, aún convoca cada diciembre a más de 2 millones de visitantes que buscan tradición, artesanía y un espíritu navideño auténtico, alejado de la estética prefabricada.

La Fira de Santa Llúcia de Barcelona: la historia de una feria que nació en 1786 y sigue viva

Según los registros históricos del Calaix de Sastre del Barón de Maldà, ya en el siglo XVIII se celebraba el día de Santa Lucía —13 de diciembre— con un mercado de figuras religiosas, pesebres, imágenes de santos y objetos de cera frente a la Catedral. Esta práctica devocional acabó transformándose en una cita popular que hoy conocemos como la Fira de Santa Llúcia. El folclorista Joan Amades fue quien, más tarde, validó oficialmente el origen de esta feria en 1786.

Desde entonces, la feria ha crecido tanto en días como en alcance: de celebrarse solo un día, ha pasado a ocupar más de tres semanas, desde finales de noviembre hasta el 23 de diciembre. Y de ser una feria local ha evolucionado a uno de los eventos más multitudinarios de la Navidad en Barcelona.

Con más de 200 casetas, la Fira se divide en cuatro sectores principales: pesebres y figuras, verde y vegetación, artesanía, e instrumentos musicales tradicionales. Aquí puedes encontrar desde un caganer artesanal de barro hasta un tronco de Nadal gigante para los más pequeños.

Además, se organizan actividades gratuitas como talleres de belenismo, pasacalles, actuaciones de esbarts y el Tió interactivo. Esta fusión de tradición religiosa, cultura popular y creatividad artesanal es lo que mantiene viva la llama de la Fira.

Lo que no te han contado de la Fira de Santa Llúcia

Durante el siglo XIX, era conocida como la fira de les noies porque muchas jóvenes acudían vestidas con sus mejores galas para dejarse ver y, en muchos casos, encontrar pareja. Las figuras articuladas que se vendían para entretener a los niños poco tenían que ver con el belén, pero sí con el espíritu popular del evento.

En tiempos de guerra o epidemia, la feria se adaptó, pero nunca desapareció. Incluso en 1979, tras un incendio que arrasó varias casetas, los organizadores lograron mantener vivo el mercado ese mismo año.

Hoy, a pesar de la transformación de las ciudades y el empuje de los mercados digitales, la Fira sigue siendo un fenómeno presencial, emocional y profundamente arraigado.

En 2025, la Fira se celebrará del 28 de noviembre al 23 de diciembre, de 10:00 a 21:00 h. Y como cada año, los visitantes recorrerán los puestos en busca del musgo perfecto, el caganer más irreverente o simplemente para respirar el aire navideño de un mercado que ha visto pasar más de dos siglos de historia sin perder su esencia.