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Esperpento en Barcelona: el brazo populista de Mas presiona
La Asamblea Nacional de Cataluña volvió a quedar en evidencia. Ya no sólo no convoca las multitudes de antes sino que tiene que salir huyendo de sus propios disidentes internos.
La ruptura del independentismo catalán volvió a quedar en evidencia con el fiasco de la convocatoria del brazo callejero de Artur Mas, la Asamblea Nacional Catalana (ANC), para apoyar un acuerdo entre Junts pel Sí y la CUP.
La concentración oficial de la ANC apenas logró atraer a un millar de personas. Una cifra que nada tiene que ver con otras movilizaciones llevadas a cabo por la misma plataforma y que reafirma el cansancio sobre la cuestión que ya se hizo patente en noviembre pasado, cuando una convocatoria similar de la ANC también capotó.
El esperpento de este miércoles ha rozado ya lo kafkiano porque la ANC ha tenido que cambiar el lugar de la manifestación por "motivos logísticos". Una excusa que en realidad ocultaba la intención de no coincidir en la Plaza de San Jaime con otra convocatoria de disidentes de la propia ANC que han reclamado a Mas, el icono de los oficialistas de la entidad, que se aparte para facilitar la independencia.
Con esos mimbres, la convocatoria oficialista se ha desarrollado en la Plaza de la Catedral entre banderas esteladas, gritos a favor del acercamiento entre JxSi y la CUP y el eslógan "Queremos acuerdo. Queremos Gobierno. Somos soberanos".
Mientras tanto unos dos centenares de críticos se manifestaban en la plaza sede de la Generalitat y del Ayuntamiento de Barcelona al grito de "Mas, deja paso".
Precisamente la reunión de esta tarde noche entre la lista de Mas y los anticapitalistas de la CUP se saldaba sin acercamiento de posiciones.
Todo un ejemplo de cómo están las tornas entre los sectores más favorables a la independencia y que han apoyado la deriva de Mas y sus compañeros a pie de calle.
