| 26 de Abril de 2024 Director Benjamín López

× Portada España Investigación Opinión Medios Chismógrafo Andalucía Castilla y León Castilla-La Mancha C. Valenciana Economía Deportes Motor Sostenibilidad Estilo esTendencia Salud ESdiario TV Viajar Mundo Suscribirse
La vicepresidenta cuenta con muchos enemigos en el PP.
La vicepresidenta cuenta con muchos enemigos en el PP.

Los enemigos de Soraya, la tapada andaluza "sustituta" y el mote de Rivera

Las aguas bajan revueltas en el PP ante el panorama electoral y la posible sucesión de Mariano Rajoy. El aparato del partido no quiere ni oír hablar de la vicepresidenta como "heredera".

| Carlos Dávila España

El viernes aún, el oficialismo más riguroso del PP sostenía una posición asombrosa: “El CIS casi siempre se equivoca”. Como explicación es mala porque la última vez que erró fue en noviembre pasado y lo hizo a favor de Rajoy, pero es aún peor como intento de estímulo a los propios, pues sabido es que el Centro de Investigaciones Sociológicas tiene una cocina en Moncloa y que actualmente su “master chef” es Soraya Sáez de Santamaría. Es decir que una de dos: o la vicepresidenta ha rebajado las expectativas de voto de su partido para advertir a los dudosos del centroderecha que “veis: a nos votáis o el Frente Popular se declarará el 6 de julio”, o ha guisado la encuesta al alza para no asustar al personal, lo cual, vistas las reacciones, no ha tenido éxito alguno.

Y es que, sondeos al margen, el PP teme a junio más que al agua de mayo. Los más juiciosos populares aventan un resultado similar al del invierno navideño y aprecian: “Si es así, no hay que contar con Rivera; el “pollo” (así le llaman en Génova) se colgará de nuevo del brazo de Sánchez”. “Claro está, añaden, que existe una posibilidad más “posible” (textual): que Albert Rivera y sus monaguillos intenten forzar la salida de Mariano Rajoy y promuevan la candidatura de Soraya”. No es una especulación banal: es lo que Rivera proclama por lo bajo y de rondón y lo que Girauta, con más experiencia partidista (lleva tres militancias en su mochila) expone sin ningún comedimiento, a quien le quiera escuchar.

Pero si se hiciera carne política este supuesto, el Partido Popular entraría en llamas. La moda es ahora mismo volcar sobre Saénz de Santamaría la culpa entera de los achaques del PP. Y la moda se está vistiendo por muchas de las sedes, las más importantes, del partido, en cuyo interior moran dirigentes o aspirantes a serlo, a los que el sólo apellido compuesto de la vicepresidenta causa una tremenda erisipela: vamos, que en ni en pintura.

Si Rajoy diera un paso atrás, la rebelión de los agraviados empezará por repeler la candidatura hereditaria de Soraya Saénz de Santamaría

Hace unos días, uno o una (esta estupidez del género viene muy bien para la ocasión) afirmaba que quien suponga que el PP de toda la vida, va a aceptar la sucesión en favor de Soraya “va dado”. ¡Para qué más sutilezas¡ No hay duda alguna que se organizaría una revolución  con amenazas de escisión incluidas. Ya hay rumores de un partido, partidillo o asociación de notables que está organizando lo que Pío Cabanillas Gayas denominaba el “sindicato de agraviados”. Utilizan, probablemente en vano, el apellido de Aznar, la fundación democristiana de Jaime Mayor Oreja y el VOX marginal de Santiago Abascal, para avisar de que: “¡Eh¡, estamos aquí y os vigilamos”.

Si Rajoy salva los muebles el mes que viene, éstos alzaran los brazos en señal de paz como hacen los tobilleros futbolísticos, y esperarán a mejor ocasión, pero si Rajoy no consigue gobernar y, como previene festivamente alguno de los encausados: “se queda afecto de un repentino efecto patriótico y se va”, la rebelión de los agraviados empezará por repeler la candidatura hereditaria de Soraya Saénz de Santamaría.

Lejos de serenar el panorama, el sondeo de CIS ha revuelto a los inquietos. El miedo no les hace libres; les hace peligrosos. Están seguros de que el PP ya no representa a quien dice representar y  aunque durante estos dos meses no tomarán ninguna disposición que les haga aparecer como reventadores, están cogiendo, como los buenos pívots del baloncesto de élite, la “posición”. Nadie hay tan estúpido como para hacerle el caldo gordo a este intolerante y ufano Rivera (no se qué ha ganado este hombre) que ha dado órdenes directas de que a por la cabeza de Rajoy que luego ya caerá el PP.

Y él que se dice, con una tremenda audacia, el hijo político de Adolfo Suárez, está tratando de emular lo que el PSOE y todos los compañeros de viaje del momento hicieron con el primer presidente de nuestra democracia: ejecución y a continuación patada a seguir: voladura de UCD. Los críticos de este PP atemorizado de hoy deberían conocer fielmente esta historia, quizá entonces no estarían en el menester de prevenir ventajosamente un mañana en el que probablemente no estarían presentes.

Si lo estarían desde luego, los que se presumen pueden ser verdaderamente los herederos de Rajoy: Alberto Núñez Feijoó, quizá Pablo Casado, o Esperanza Oña, la médico que fue más de veinte años alcaldesa de Fuengirola, que se las tiene tiesas con la misma presidente andaluza, Susana Díaz, y a la que, de entrada, le perjudica, un sobrenombre o alias que le han colocado sus propios colegas de la región: “la Esperanza Aguirre del Sur”. No le viene bien para entenderse con el poder establecido. En todo caso: ¡ojo a esta mujer! Ahora se aburre de Despeñaperros para abajo. La cordillera se le está quedando chata.