| 26 de Abril de 2024 Director Benjamín López

× Portada España Investigación Opinión Medios Chismógrafo Andalucía Castilla y León Castilla-La Mancha C. Valenciana Economía Deportes Motor Sostenibilidad Estilo esTendencia Salud ESdiario TV Viajar Mundo Suscribirse
Rivera y Arrimadas, viendo un partido de España.
Rivera y Arrimadas, viendo un partido de España.

Un sondeo interno dispara el triunfo de Ciudadanos pero borra de Cataluña al PP

A la hora de las urnas, cada mochuelo a su olivo. Ciudadanos representa una máquina de picar carne pepera. Xavier García Albiol ya conoce su destino. O, al menos, lo intuye.

| Ricardo Rodríguez Opinión

Corre por Madrid un rumor que se ha adueñado de los cenáculos políticos y periodísticos. C´s vendría apoyando su campaña electoral en un sondeo interno, rodeado de misterio, que pronostica un cataclismo el 21-D. El estudio demoscópico es cogido con pinzas incluso por el staff de Albert Rivera y sus resultados han sido atesorados con celo contra filtraciones indeseadas. Pero, ¿qué revelan los números?

Pues que Inés Arrimadas ganará el 21-D, por delante de los independentistas, atesorando hasta el 25% de los sufragios. Quienes presumen de estar en la pomada del asunto advierten de un irresistible ascenso hasta alcanzar la primera posición del pódium electoral. Es más, los susodichos apuntan a que, según esos datos, se moverían en una horquilla de 35-37escaños. Dicho así, sería un triunfo histórico, pero a costa de cumplir el mayor temor del PP. Lo pavoroso de ese runrún que recorre la capital de España no es que C´s quede primero, ojalá, sino que los populares quedarían definitivamente sin hueco en el ruedo catalán, después de otorgarles entre 4 y 6 parlamentarios.

Sea verdad o no, la amenaza de un cataclismo electoral ya ha forzado al propio Mariano Rajoy a implicarse a fondo en el tramo final de la carrera. Así es la vida, y no digamos la política, la mayoría de las veces los comicios se ganan por demérito del contrario. La valoración del liderazgo la narran los consultados de corrido, sin detenerse a respirar. Parece que Arrimadas sería mejor percibida que el mismo Rivera. Sea como fuere, para la candidata naranja, el esquema con el que trabaja su equipo está claramente fijado: Existe una oportunidad única de apartar al secesionismo del poder y para conseguirlo debe concentrarse el voto. Ese es el salto. 

Los catalanes, cocina demoscópica mediante, perciben a C´s como mejores defensores de la unidad nacional y del régimen constitucional que ese PP cuyo Gobierno ha desplegado el 155 frente al desquiciado proyecto independentista. Significativo. Pero, de igual manera, es bien sabido que las casualidades no existen en este negociado. El ambiente que reina entre los populares es de desasosiego. La capacidad revitalizadora de la marca con Xavier García Albiol ha quedado más que en entredicho. Jamás han dejado de hacerle la cama, cierto, y el suyo se asemeja a un penar errante. Cuerpo a tierra que vienen los nuestros. 

La demoscopia también es susurrada al oído de Rajoy para el conciliábulo de mandar a Dolors Montserrat a recoger los cristales rotos del liderazgo del PPC. Un supuesto tirón de la ministra en la Cataluña del interior la sentenciaría definitivamente para el tajo. Pero, ojo, la discusión interna sobre qué ha hecho en Cataluña el Gobierno, además del partido, está servida. También el debate respecto a la amenaza que representa C´s para el PP. Y al río de preguntas que surgirán el 21-D, con independencia del resultado, habrá que añadir sobre todo una última: ¿Cómo solucionar de una vez por todas el problema catalán?