| 27 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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El juez Llarena sufre otro ataque en su casa de las hordas jaleadas por Torra

Puigdemont señaló al juez Llarena y Torra animó a los CDR a no dar un paso atrás. Y éste es el resultado: un ataque en su propia casa que ha indignado a media España.

| Rafa Rodríguez España

Hace escasos meses, Puigdemont en persona difundió en las redes sociales el restaurante donde el juez Llarena cenaba y allí se personaron a hostigarle pandilleros de Arrán, habitualmente incluidos siempre en los autodenominados Comités de Defensa de la República (CDR). Tuvo que salir escoltado.

Antes, una de sus viviendas amaneció señalada con pintura amarilla, una indicación de quién era y de dónde estaba el objetivo. Y hace apenas unas semanas, el presidente de la Generalitat, Quim Torra, les animó expresamente a "apretar".

 

Ése es el caldo de cultivo que les ha llevado este martes a superar todos los límites de acoso contra el magistrado del Supremo, clave en la respuesta judicial al procés. Los CDR, con varios siniestros encapuchados, han embadurnado literalmente con pintura amarilla el domicilio personal del juez, grabando un vídeo espeluznante para presumir de gesta.

Señalar dónde vive alguien, de una forma tan aparatosa, equivale a ponerle en una diana, y ni los autores del ataque lo niegan ya. Al contrario, presumen. La organización juvenil de la izquierda independentista Arran ha reivindicado la acción contra el magistrado del Tribunal Supremo (TS) que instruyó la causa por el proceso soberanista, Pablo Llarena, consistente en echar pintura amarilla en la puerta de su domicilio en Sant Cugat del Vallès (Barcelona).

 

 

En un vídeo compartido en su cuenta de Twitter, Arran señala que han realizado la acción ocho meses después de señalar la casa del magistrado en Das (Girona) y que "por petición popular y con una resolución de la instrucción judicial que prevé sentencias desmesuradas" lo han vuelto a señalar como símbolo del régimen del 78.

En el vídeo, la organización juvenil revela la dirección de Llarena y muestra como dos encapuchados lanzan pintura amarilla a las puertas del domicilio en Sant Cugat. La portavoz de Arran, Núria Martí, ha explicado en declaraciones a los medios en la Ciutat de la Justicia que han realizado la acción contra Llarena porque "la juventud se tiene que dotar de las herramientas que tenga a su alcance para atacar un sistema judicial heredero del franquismo".

 

Martí, con notable arrogancia y falta de temor a las consecuencias, ha considerado que Llarena es uno de los principales símbolos de la Justicia y ha afirmado que atacarán "las veces que haga falta la justicia española y sus herramientas represivas".

La reacción

El PP, a través del propio Pablo Casado, ha exigidido al Gobierno una respuesta inmediata al hostigamiento a Llarena. El líder de los 'populares' ha expresado su "rotunda condena y rechazo al acoso" al juez Llarena y ha dicho que "debe tener consecuencias jurídicas y políticas". "Hechos como estos ponen en riesgo la libertad, la democracia y la integridad judicial. No vamos a tolerarlo", ha concluido.

Ciudadanos, el presidente del CGPJ o Sociedad Civil Catalana se han unido al rechazo y a la exigencia de respuesta al acoso a Llarena, pero no consta ninguna reacción de partidos como Podemos ni del Gobierno de España y, ni siquiera, del Ministerio de Justicia.