| 26 de Abril de 2024 Director Benjamín López

× Portada España Investigación Opinión Medios Chismógrafo Andalucía Castilla y León Castilla-La Mancha C. Valenciana Economía Deportes Motor Sostenibilidad Estilo esTendencia Salud ESdiario TV Viajar Mundo Suscribirse
Rajoy, junto a Feijóo y Pastor
Rajoy, junto a Feijóo y Pastor

Rajoy hace de tripas corazón y sale en defensa de Pablo Casado como presidente

Rajoy, Pastor y Feijóo se juntan para darse un homenaje y llenar de nostalgia al PP, con palabras de apoyo a Casado pero la sensación de que cumplían más que creían.

| Marco Ballesteros España

Aunque en público mantienen las formas y Pablo Casado hace un esfuerzo por reivindicar a Rajoy, todo el mundo sabe en Génova que la sombra del expresidente ha sido borrada por el casadismo:  en los nombres, en las formas y en el fondo.

El rastro es inapreciable, aunque de todos los relatos que tiene el PP el más vendible era la expulsión de Rajoy de Moncloa, difícil de sostener cuando a las horas del desalojo las familias populares se dedicaron a despellejarse por el trono antes que a preocuparse por el reino, ocupado ya por un Sánchez estupefacto por las facilidades y dedicado a presentar un Gobierno pop, paritario y de celebridades.

Por eso en todo lo que aparezcan juntos Rajoy y Casado, que no coincidirán en campaña aunque sus nombres sí se pronunciarán juntos, flota un morbo especial. Como hace unas horas en Pontevedra, donde la presentación de la candidatura de Ana Pastor al Congreso fue una excusa para homenajear al ocasionalmente resucitado Rajoy, a la vera además de quien tenía todas las papeletas para sustituirle pero dio un paso atrás viendo la agitación interna en el relevo: Alberto Núñez Feijóo.

 

La expectación estaba justificada y las antenas subidas para ver hasta dónde llegaba Rajoy en la defensa de su sucesor y si se podría leer entre líneas algún reproche que sonara a distanciamiento. Pero el expresidente tiró de oficio para apoyarlo en público, algo que Feijóo y Pastor hicieron igualmente, con más diligencia que entusiasmo probablemente, pero con unas formas impecables.

"Pablo es un hombre joven, ya curtido, con ambición y ganas, y va a ganar las elecciones. Y si no, al tiempo", dijo un Rajoy relajado, algo paternalista y experto en sondeos adversos.  "No hay que hacer mucho caso" a las encuestas electorales, a las que ha achacó a "gurús y pitonisos" que en 2015 y 2016 auguraban un "empate" entre partidos.

El cuarto pasajero

"Volvamos a desempatar ahora. Aquí lo único que cuenta es lo que digan los españoles con sus votos en las urnas", dijo para alivio de un Casado que estaba sin estar y se dejó ver en un vídeo "de presidente a presidente".

Entre sinceros homenajes intercambiables a tres bandas entre el propio Rajoy, Pastor y Feijóo, quedó así una sensación extraña en el ambiente, de historia inconclusa en su caso o no iniciada entre sus compañeros de mitin: uno por irse antes de tiempo, los otros dos por no hacer comenzado del todo siquiera.

Y el cuarto pasajero, el joven del que todos hablaron bien pese a de algún modo les pasó por encima, en otro punto de España intentando mantener a flote una embarcación ya sin tripulación gallega. Pese a que aquella es tierra de buenos mariñeiros.