El escandaloso dato que prueba que la ley electoral beneficia al independentismo

Las Elecciones Generales han dejado dos ganadores claros. Uno ya ha aparecido en escena, Pablo Iglesias, vicepresidente del próximo Gobierno si un doblegado Pedro Sánchez consigue la investidura. Y eso dependerá del otro vencedor, aún escondido, el independentismo en su conjunto, con ERC al frente y el PNV e incluso Bildu como grandes comensales.

Su influencia ha sido tremenda desde 1978, orientando Gobiernos y decisiones o imponiendo un régimen fiscal, en el caso del País Vasco, que siempre despertó envidia en Cataluña y provoca que, con similar renta, un vasco disfrute del doble de financiación per cápita que un madrileño o un valenciano.

Pero el 10N ha aumentado esa influencia, ya decisiva en la moción de censura que hizo presidente a Sánchez, para llevarla a cotas sin límites: de ellos va a depender todo en España, pese a que como nunca sostienen un desafío contra la propia España.

Euskadi y Navarra, las cifras del privilegio

Y eso es posible gracias a una ley electoral, que nadie ha querido o sabido reformar, que les permite tener un peso mucho mayor que el derivado de los votos recibidos, tal y como ha constatado ESdiario tras analizar los resultados y cotejarlos con el resto.

Uno resulta especialmente escalofriante: sumando todo el independentismo (ERC, Junts, PNV, Bildu, BNG y CUP) solo tuvieron 800.000 votos más que Ciudadanos en su peor momento (2.4 millones frente a 1.6); pero el bloque separatista dispone de 36 diputados y el partido que vio dimitir a Albert Rivera se quedó solo en diez.

El separatismo ha sacado 26 diputados más que Ciudadanos con solo 800.000 votos de diferencia

Hay más. El PNV, con sus siete actas, va a ser decisivo en todo: desde la investidura hasta los presupuestos o la financiación autonómica, pero esa fuerza abrumadora dispone en realidad de solo un 1.5% de los votos totales del 10N.

El factor ERC

Claro que ERC, con apenas el 3.6% y trece escaños, aún va a tener más peso: sea con el voto positivo o desde la abstención, Sánchez será presidente por el partido de Junqueras o no lo será. La devolución del "favor" tiene dos caminos: los políticos presos, según reclama Esquerra constantemente, y quizá su acceso al poder de la Generalitat con el respaldo recíproco del PSOE cuando haya elecciones en Cataluña. Y ya se señala al mes de marzo para ello.

La sobrevaloración del independentismo no acaba ahí: el BNG gallego tiene diputado con un ínfimo 0.5% de las papeletas. Bildu logró cinco diputados con apenas un 1.1% compensado a precio de oro y la CUP tiene presencia parecida en Madrid que en Cataluña con un pírrico 1% de las papeletas.

Hasta Puigdemont y su Junts, con un 2.1%, tiene una recompensa enorme que partidos con muchos más votos repartidos por toda España, caso hasta del PACMA, ven sistemáticamente vetada.