| 27 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Primera prueba de fuego para el Botànic II: tensión en la elección de alcaldías

Municipios como Sueca, Paiporta o Sagunt tienen en vilo a la formación de Oltra y Morera, que podría perder alcaldías emblemáticas si el PSPV-PSOE no cede a sus pretensiones

| H.G. Edición Valencia

Dos días después de elegido el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y transcurridos tres desde que el trío asociado en el Botánic II cerrara el pacto de legislatura y reparto de consellerias, llega la primera prueba de fuego: la elección de alcaldías. La situación se ha complicado respecto a 2015. Hace cuatro años el PP había ganado en casi todos los municipios e, igualmente, perdido sus mayorías absolutas. PSOE y Compromís estaban, en general, bastante igualados, por lo que, con la ayuda de las filiales de Podemos, sumaron fuerzas para descabalgar a alcaldes populares. Les unía ese enemigo político común.

Cuatro años después la situación ha cambiado. Donde el PSPV-PSOE fue la fuerza más votada por poco respecto a Compromís, ahora se ha distanciado. Alicante, Castellón, Gandia o Torrent constituyen algunos ejemplos destacados. En 2015, la formación socialista tuvo que plegarse a condiciones como compartir alcaldía a partes iguales (Xirivella) o incluso cediendo tres años del mandato (Sedaví). Ahora el debate del reparto en esos casos se ha diluido porque el PSPV-PSOE duplica a Compromís en bastantes de estos municipios.

No obstante, la situación se complica en aquellas localidades donde el partido que lidera como referente Mónica Oltra había ganado en 2015 y tenía la alcaldía. Entonces el grupo municipal socialista se avino, en general, a votar a su compañero de 'bloque' de manera que esas alcaldías fueron sin más debate a Compromís.

En algunos casos, los menos (Alzira, por ejemplo) esta formación ha seguido marcando distancia con el Partido Socialista en los comicios de este año. No obstante, en los más la distribución de ediles se ha equiparado y el PSOE ya no está tan dispuesto a ceder varas de mando.

Un ejemplo claro de la reversión de fuerzas lo supone Sagunto. El grupo socialista se ha multiplicado al pasar de tres a siete concejales, mientras que Compromís se ha estancado en sus cinco. En estas condiciones, la alcaldía del nacionalista Quico Fernández no está ni mucho menos clara. Si no existe una mayoría absoluta por pactos, el socialista Darío Moreno será primer edil con su mayoría simple.

La coyuntura resulta incluso más compleja en otros municipios donde o pactan Compromís y PSOE o gobierna el PP por ser su candidato el más votado el pasado 26 de mayo. Ocurre, por ejemplo, en Paiporta con el popular Vicente Ibor. O se juntan los dos socios del Botánic o gobernará el PP. Compromís parte de la base de repetir su alcaldesa, Isabel Martín, y que sea designada como en 2015. No obstante, entonces su formación logró seis ediles -los mismos que hace tres semanas- y el PSPV-PSOE, cuatro. Ahora tiene seis, por lo que la situación ha variado y la cesión socialista, también. Sobre todo después de una relación astillada entre ambas formaciones durante este mandato.

Y si un municipio toca especialmente el corazón nacionalista de Compromís es Sueca, localidad del diputado nacional Joan Baldoví y de la actual alcaldesa de esta formación, Raquel Tamarit. Que este sábado puede dejar de serlo. Con sus socios independientes ya no suma suficiente, y PP y Ciudadanos están dispuestos a que el socialista Dimas Vázquez alce la vara de mando con sus votos. Veremos este sábado si la advertencia de expulsión hace retractarse a los seis ediles del partido que dirige Pedro Sánchez de aceptar esos respaldos.

En el peor de los desenlaces para Compromís en estas y otras poblaciones, el partido podría ceder buena parte de su poder local, que se sumaría a la caída en las elecciones nacionales y autonómicas y a la pérdida de su eurodiputado, Jordi Sebastiá. Esta situación podría incrementar el malestar del Bloc, socio más numeroso dentro de la coalición y especialmente dominante en las comarcas valencianas, hacia la gestión de los pactos.

Todo ello llegaría a condicionar ya desde el inicio una legislatura que ha necesitado un mes y medio de negociaciones para suscribir el denominado Botànic II y engendrar un nuevo Consell por parte del tripartito: PSPV-PSOE, Compromís y Unides Podem. Por cierto, para desgracia de esta última formación, su presencia ha quedado prácticamente difuminada en la mayoría de localidades, por lo que estas disputas municipales entre socialistas y compromisarios apenas le incumben.