| 26 de Abril de 2024 Director Benjamín López

× Portada España Investigación Opinión Medios Chismógrafo Andalucía Castilla y León Castilla-La Mancha C. Valenciana Economía Deportes Motor Sostenibilidad Estilo esTendencia Salud ESdiario TV Viajar Mundo Suscribirse

¿Se debe legalizar la prostitución?

La prostitución en España es una actividad no reglada; ni legal, ni ilegal. Simplemente se ha corrido un tupido velo sobre una actividad incómoda

La cuestión de la prostitución es polémica. la profesión más antigua del mundo ha sido objeto de variados tratamientos: desde la prohibición y persecución más radical, hasta la legalidad más absoluta. En todos los casos, por supuesto, persiguiendo actividades criminales tristemente asociadas a este mundo como el proxenetismo y la trata de blancas. Se adopte uno u otro punto de vista, resulta virtualmente imposible contentar a todo el mundo.

 Comenzando por el extremo más liberal, la legislación alemana regula con detalle el ejercicio de la prostitución, dando acceso a las personas que venden su cuerpo tanto a la seguridad social como a la posibilidad de crearse un fondo de pensiones mediante aportaciones periódicas (recordemos que Alemania sigue un sistema mixto entre reparto y capitalización). El estado alemán obtiene con esta pragmática política unos nada desdeñables ingresos de más de 10.000 millones de euros.

En el extremo opuesto, los países que constituían la antigua Yugoslavia, Ucrania, Bielorrusia, Rumanía, Albania, Moldavia, Lituania y Rusia, donde prostituirse es ilegal, pero la persona que demanda dichos servicios no es sancionada.

Entre ambos existe una amplia gama intermedia, con reconocimiento legal de la prostitución, pero sin regularla y, en algunos casos, con imposición de multas a los clientes. Esta última fue una opción mayoritariamente nórdica hasta que Francia se unió al club en 2016.

En España el debate sobre el status de la prostitución ha vuelto a saltar a la palestra estos días a raíz de lo que la ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, calificó "como un gol por la escuadra", cuando se conoció la tramitación de un expediente de creación de un sindicato llamado  "Organización de Trabajadoras Sexuales" (OTRAS).

Con el amor propio herido, Valerio afirmó que"este Gobierno no va a avalar un sindicato de una actividad que es ilegal y vulnera los derechos fundamentales de las mujeres y de los hombres que se ven abocados a tener que ceder sus cuerpos a un tercero para que abuse de ellos". Pedro Sánchez la respaldó bajo el mismo argumento de tratarse de una actividad ilegal. Lástima que ambos se equivoquen.

Ninguno de los dos parece conocer el concepto de alegalidad. La prostitución en España es una actividad no reglada; ni legal, ni ilegal. Simplemente se ha corrido un tupido velo sobre una actividad incómoda. A las sociedades avanzadas, ya sea por puritanismo o por afirmar defender los derechos de las mujeres (obviando casi siempre la prostitución masculina), les cuesta afrontar la realidad.

Es imprescindible algún tipo de regulación de una realidad en la que conviven múltiples situaciones e historias personales, pero que en conjunto es un sector merecedor de una protección especial. En 2015, Albert Rivera defendía la necesidad de un debate sereno y crear consensos para hacer frente a este problema. Además, añadía basándose en un informe de los inspectores de Hacienda de 2014, para reducir la economía sumergida, el Estado podría llegar a recaudar 6.000 millones de euros al año. A la luz de las cifras alemanas, no es descabellado.

 *Politólogo y abogado.