| 27 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Don Juan Carlos y Don Felipe, en una imagen de 2015.
Don Juan Carlos y Don Felipe, en una imagen de 2015.

La amenaza del Comisario Villarejo al CNI y al Rey: airear su archivo de 30 años

El oscuro expolicía, detenido por orden de la Audiencia Nacional cree tener un as en la manga: secretos del Centro Nacional de Inteligencia, Casa Real o al excomisario de Asuntos Internos.

| ESdiario España

Lo cuenta Patricia López en Público, este domingo, los comisarios José Manuel Villarejo y Carlos Salamanca; la mujer del primero, Gema Alcalá, y otros tres policías de inferior rango tendrán que explicar al juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón los trabajos de "policía paralela" que hacían para organizaciones de crimen internacional -que iban desde el blanqueo de capitales a facilitar documentación a emigrantes-, para grandes empresarios y conocidos políticos. 

La documentación incautada en los registros de Madrid, Málaga y Valencia por la Unidad de Asuntos Internos, que dirige el comisario Francisco Migueláñez, "es brutal", explican fuentes cercanas al caso. Los clientes de los comisarios van a quedar al descubierto, así como sus secretos y las actividades ilícitas que encubrieron y encauzaron valiéndose de sus puestos como altos mandos de la Policía: Villarejo como adjunto a la cúpula y Salamanca en sus destinos de Barajas y, en la actualidad, en la comisaría general de Extranjería y Documentación. 

Aunque a priori la denuncia de la Fiscalía Anticorrupción se limita a las actividades de blanqueo y de facilitación de permisos a ciudadanos de Guinea Ecuatorial, la documentación viene a ratificar otras investigaciones de Asuntos Internos en las que Salamanca y Villarejo eran piezas claves: para la mafia china de Gao Ping, empresarios como Adrián de la Joya (caso del pequeño Nicolás) o Javier López Madrid (caso doctora Pinto) y políticos como Francisco Granados (espionaje en la Comunidad de Madrid, entre otros). Además, será inevitable que la Agencia Tributaria, que ya está involucrada en el caso, no investigue el patrimonio de más de 25 millones de euros de Villarejo y que Asuntos Internos destapó hace un año y reflejó en un informe que la Fiscalía de Madrid olvidó en un cajón. 

Secretos ocultos varias décadas

Otros, sin embargo, tienen miedo. Un constructor gallego explica a Público: "Salamanca y Villarejo me ofrecieron arreglarme un problema con otra empresa y me pidieron varios cientos miles de euros sólo por montar una reunión. Al final, les pagué a ellos y por mi problema, que no me solucionaron". 

El archivo secreto de Villarejo, forjado durante más de 30 años a base de grabar a todos y guardarlo todo, ha sido una de las armas del comisario para amenazar al Centro Nacional de Inteligencia (CNI), a la Casa Real o al excomisario de Asuntos Internos Marcelino Martín Blas. Sin embargo, sus amenazas parece que no han causado ningún efecto en esta ocasión. 

La investigación que ha llevado a la detención de Villarejo y Salamanca se inició por una denuncia anónima que la Fiscalía Anticorrupción recibió el pasado 25 de abril. Según ha desvelado El País, "en 2012, un alto cargo de Guinea Ecuatorial encargó al ahora comisario jubilado Villarejo, a través de su colega Carlos Salamanca, un informe sobre uno de los hijos del presidente Obiang, Gabriel Mbaga Obiang Lima. Se trataba de buscar trapos sucios del hijo y difundirlos a través de la red de medios cómplices del excomisario para desacreditarle y anularle en las luchas internas familiares. Varios diarios digitales participaron en la campaña de desprestigio". El cliente pagó más de 5 millones de euros al Grupo Cenyt, una de las empresas del comisario. 

La denuncia aportaba los pagos ingresados en cuentas de Panamá y con las que Asuntos Internos ya había dado en dos investigaciones anteriores: con el comisario Migueláñez al mando, sobre el patrimonio de su compañero; y otra por su antecesor, Marcelino Martín Blas, que se topó con los negocios de Villarejo en la operación contra la mafia china de Gao Ping y en la del pequeño Nicolás, que ya apuntaba abiertamente a Guinea Ecuatorial como la nueva ruta del blanqueo manejada por el multimillonario policía.