| 26 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Kroos
Kroos

Kroos, el crupier

El alemán, aunque ha pasado de puntilla por los madridistas, ha vuelto a ser el director de orquesta del Real Madrid y es clave para el choque frente al City.

| Miguel Queipo Deportes

Dijo una vez Lukas Podolski, campeón del mundo con Alemania en 2014, que “el fútbol es como el ajedrez, pero sin dados”. No sé si Toni Kroos es el Rey, la Reina, una torre, un caballo o el alfil, pero no es un peón y desde luego es quien va a repartir los dados en la trascendental partida al blackjack que el Madrí tiene que disputar ante el City del pérfido Guardiola el día 7, en Manchester.

El alemán, con la enorme temporada que ha cuajado, ha pasado demasiado de puntillas por el imaginario madridista, más empeñado en alabar los caprichos oficialistas (Benzema y Courtois) o en mimar a los que piden un último gran contrato (Ramos, Modric) que en vanagloriar el regreso de Kroos al fútbol de élite, tras la desastrosa temporada pasada. Que el ocho blanco vuelva a ser él es algo que hay que apuntarle a Zidane, porque ha sido el técnico francés el que le ha devuelto la ambición sobre el verde simplemente moviendo piezas para que Toni, el crupier, lance los dados. Hagan juego.

Kroos, con su peinado-escoba y sus tatuajes, parece más sacado del puerto de Hamburgo que de la Capilla Sixtina, pero el rubio juega como los ángeles y allí debería estar representado per sempre. La nueva posición que le ha buscado Zidane tras el confinamiento ha sido clave para que el Madrid haya abrochado el título liguero: Zizou es un alineador, dicen (yo también lo decía, y no me queda La Mancha para seguir escondiéndome), pero ha resultado un artista francés del trazo fino, y sé que al escribir esto me sale la entonación de Pierre Nodoyuna en los Autos Locos y mentalmente le pongo un fino bigote al entrenador madridista.

Uno de sus retoques de pincel ha sido el de colocar en línea de dos, por delante de los centrales, a Kroos y Casemiro, pero contrariamente a lo que cualquiera podría predecir, ni los dos juegan en línea ni el brasileño guarda las espaldas del alemán. Todo lo contrario. Desde que volvimos del confinamiento, Toni se ha encajado entre los centrales y Casio se va arriba a presionar (y a llegar de segunda línea). Parece una tontería, pero no lo es.

No lo es porque en Manchester no va a jugar Sergio Ramos, el carácter (para lo bueno y para lo malo) de este equipo. Pero sin Ramos el Madrí no solo pierde alma y al que pone la musiquita motivadora, sino que pierde también la salida de balón limpia desde la defensa. Carvajal y Mendy no son los más dotados para triangular en área propia (¡glups!) y Varane y Militao en corto todavía tienen un buen porcentaje de acierto, pero en cuanto el pase es de más de veinte metros la estadística cae en picado.

Por eso Zidane ha metido a Kroos entre los centrales en fase ofensiva: buscando la salida limpia de balón ante un City que irá arriba a presionar con todo porque sabe de la extrema debilidad del Madrí en esa zona si no está Ramos. Ahora solo falta que todo funcione según lo ensayado y tras el cambio de piezas, casi como decía Podolski, el fútbol sea como el ajedrez, pero Kroos lance los dados.