| 26 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Abascal, sobre una imagen del sindicato cristiano de Lech Walesa en la Polonia de los 80
Abascal, sobre una imagen del sindicato cristiano de Lech Walesa en la Polonia de los 80

VOX ya tiene hoja de ruta para el sindicato que quiere acabar con UGT y CCOO

Abascal le declara la "guerra" a las centrales y ya ha escogido la marca con la que arrancará en breve, un nombre con mucha historia detrás que pretende romper esquemas.

| Javier Rodríguez España

VOX no está de vacaciones. O un poco menos que el resto. Septiembre arrancará con el miedo disparado a la pandemia, pero también con dos frentes políticos encabezados por Santiago Abascal: de un lado, su moción de censura, que le servirá para darse un "atracón" contra Pedro Sánchez pero no cambiará al Gobierno.

Y de otro, el lanzamiento definitivo de un nuevo sindicato vinculado al partido, que ya tiene nombre y ultima su lanzamiento público: se llamará Solidaridad, una marca nada casual. Es un guiño directo, como reconocen fuentes de VOX a ESdiario, a la legendaria central sindical que nació en Polonia en los años 80 para enfrentarse al régimen comunista.

De ideario cristiano y raíces obreras en los duros astilleros, Solidaridad aupó a un líder distinto, Lech Walesa, profundamente enfrentado a la Unión Soviética y decisivo, junto al Papa Juan Pablo II y el ruso Mijail Gorbachov, en la caída del Muro de Berlín y el final del Telón de Acero.

 

Y es esa mezcla entre lo conservador y lo obrerista lo que intenta emular Solidaridad, la versión sindical de VOX destinada a zarandear el plácido oasis que, durante décadas, han habitado UGT y CCOO, estigamtizados por su apoyo ciego al Gobierno y escándalos como los ERES.

De momento Solidaridad no tiene ni web en marcha, pero fuentes internas aseguran que estará en funcionamiento en apenas tres semanas, coincidiendo con la vuelta de la actividad parlamentaria, y tendrá un discurso radicalmente opuesto al tradicional en las centrales.

Se centrará, como VOX pero con mayor intensidad, en la a su juicio "España olvidada", la de los "autónomos, los pequeños comerciantes y los trabajadores que pierden su puesto por el paro, la inmigración ilegal y el ecologismo progre", afirman.

La polémica está servida, pero eso es precisamente lo que pretende VOX: romper el tablero de juego político tradicional, adentrándose en tabúes generalmente alejados del discurso político y mediático cotidiano. Un regalo para algunos, que se sienten huérfanos. Y un peligro para otros, que consideran al partido la némesis populista de Podemos: dar soluciones fáciles, y demagógicas, a problemas complejos.

Pero a VOX le da igual. Quiere un "septiembre" caliente y sabe que la calle está que arde: cuando pase el verano, con rebrote y sin él, la catástrofe económico y el miedo sanitario se pondrán en primer plano. Y ahí quiere estar Abascal para hacer una especie de "peronismo de derechas", atendiendo al descamisado pero con un crucifijo, valga la metáfora, en la mano.

 

 

¿Se lo ofrecerá a Pablo Casado?

Junto al sindicato, la moción de censura será la otra piedra angular. Presionar al PP para que la apoye es la primera mision, y saben de sobra que es casi imposible: en Génova son conscientes de que, para la opinión pública, no respaldarla aun a sabiendas de que no fructificará, es un problema estético.

Pero creen también que podrán explicarlo y contraatacar a VOX, responsable a su juicio de que Sánchez vaya a poder hablar más de la "ultraderecha" que del hundimiento de la economía y los estragos sociales y sanitarios vigentes.

En ese contexto, Abascal busca un "candidato de consenso", tal y como adelantó ESdiario hace días. No será él, pero no se sabe si podrá encontrar al "mirlo blanco" que busca: de dentro ha sonado Ortega Lara; de fuera ha pensado desde Aznar hasta Mayor Oreja, pero lo cierto es que no existe un nombre claro. Incluso puede ofrecerle el "puesto" a Pablo Casado en persona, para ponérselo más difícil. En breve también se conocerán más detalles.