| 28 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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No tengáis miedo

Estoy leyendo la biografía que le ha escrito Rosa Díez con el título “Caudillo Sánchez”. Si es verdad la mitad de lo que cuenta...

No tengáis miedo. La primera vez que escuché esta frase a través de los medios de comunicación fue cuando la manifestó Juan Pablo II en la plaza de San Pedro de Roma el día de su proclamación como nuevo Papa de la iglesia católica (22 de octubre de 1978). Iba dirigida al mundo entero, sin ninguna
distinción, para quien quisiera escucharla. La recuerdo ahora porque esta misma frase la ha manifestado recientemente un político español en un contexto y momento totalmente distinto a la anterior, relacionada con la actualidad española. El tiempo electoral en el que nos encontramos nos dirá – después de las elecciones generales – sobre el valor y la trascendencia de estas palabras.

Ha sido Feijóo quien la ha manifestado después de los mensajes que pretenden ser alarmantes de Sánchez sobre el miedo que le produce que venga la derecha a gobernar, o la ultraderecha, como si no fuera parte del concurso democrático que cualquier partido político que acepta las reglas del juego y cumpla las leyes, puede presentarse a unas elecciones generales. Como si el propio PSOE
no reclamara su colaboración cuando le viene en gana para nombrar alcaldes o aprobar leyes.

Pero en la sociedad actual ¿de qué debemos tener miedo?, si es que tenemos que tenerlo de algo. Cada uno tendrá su percepción de la realidad, su escala de valores, sus relaciones y sus preocupaciones. Feijoo manifiesta que no se tenga miedo porque muy pronto gobierne en España un partido de derechas, ya lo ha hecho con anterioridad, con notable éxito durante años, no es nuevo. A su vez, Feijoo reivindica el voto útil para depender de sí mismo a la hora de formar gobierno si gana las elecciones generales.

Pero, además, solicita se respete la lista más votada para no tener que pactar con otros partidos políticos para su investidura. El PSOE lo tendría fácil, llegado el caso, sino quiere que no entre la ultraderecha en ese hipotético gobierno: abstenerse. Pero no adelantemos acontecimientos, falta toda la campaña electoral y que vote el pueblo español el 23J. Pero sí hay motivos para estar preocupados. A mí me incomoda la mentira instalada en la política como algo común desde la Presidencia del Gobierno. La palabra dada es nuestro mejor patrimonio, no lo es ni tener grandes mansiones, ni lujosos coches, ni una embarcación amarrada en el puerto más cercano. Sin credibilidad, no eres nada.

Me disgusta la facilidad que tiene Sánchez para engañar, como lo hizo en reiteradas ocasiones con compañeros de su propio partido. Estoy leyendo la biografía que le ha escrito Rosa Díez con el título “Caudillo Sánchez”. Si es verdad la mitad de lo que cuenta, pobre PSOE, ya no es lo que era, y tardará mucho en ser lo que fue. Me desagrada la soberbia y la falta de tolerancia que tiene Sánchez sobre la opinión contraria, así como el desprecio que expresa cuando sus políticas son cuestionadas por un periodista o un adversario político.

Me preocupa la falta de agilidad en rectificar sus errores, como la malograda ley del solo sí es sí, con una clara falta de respeto a las víctimas. A mí sí me da miedo la radicalidad de EH Bildu, un partido heredero de la violencia de ETA que no la condena, y la de Podemos (ahora Sumar), socios de Pedro Sánchez. O la intransigencia independentista de Esquerra Republicana de la que Rufián, uno de sus líderes, ha manifestado recientemente que Pedro Sánchez come de su mano y hace lo que ellos le dicen que haga. Supongo que no será para tanto, pero sí que es cierto que han conseguido del Gobierno de España corregir leyes para hacerlas más benignas como las que combatían la sedición o la malversación de fondos.

A mí sí me da miedo un líder político como Sánchez que se pliega a las exigencias de quien más le presiona. ¿Qué no nos ha contado para su cambio de postura con el Sáhara?, en la que acepta los postulados marroquíes de integrarlo en su país como una comunidad autónoma, cuando la ONU tiene previsto hacer un referéndum de autodeterminación para que el pueblo saharaui decida su destino. Claro que han pasado muchos años sin hacerlo porque Marruecos invadió buena parte de ese territorio, puso un muro en el desierto delimitando una nueva frontera y anexionando a su Estado ese territorio que no es suyo. ¿Cómo es posible que Sánchez tome una decisión así, de forma unilateral, sin pasar por el control de su gobierno de coalición y sin aprobarlo el parlamento español? Eso es propio de dictadores.

¿Qué hay detrás de todo esto?, ¿qué secreto guarda semejante decisión? No tenemos que tener miedo, claro que no, en discrepar de la opinión del otro, ni en que llegue al Gobierno de España un partido político que ha demostrado en otras ocasiones su capacidad para gobernar y que no le ha temblado el pulso a la hora de aplicar políticas de Estado. Tampoco tenemos que tener miedo en el resultado del 23J, será la opinión del pueblo soberano que votará con criterio y en libertad. Que así sea.