Sánchez envía al ministro de Exteriores a sosegar a los empresarios alicantinos

El enfado de empresarios, políticos y sociedad civil de Alicante ha llegado a Moncloa. Pedro Sánchez se dispone a mover ficha, pero lejos de anunciar una remodelación presupuestaria que apacigüe el agravio en el que los PGE han sumido a Alicante, el presidente del Gobierno ha planeado enviar a la capital de la Costa Blanca a su ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, para mediar con los empresarios y rebajar la tensión. Albares tiene experiencia, ha estado en Marruecos recientemente, por lo que debe pensar que lo de Alicante es pecata minuta.

Este viernes, el ministro Albares tocó la puerta de los empresarios para mantener una reunión el próximo lunes, aprovechando que viene a la ciudad para participar en una conferencia organizada por Casa Mediterráneo, para sosegar a los empresarios alicantinos y frenar la revuelta que planean.

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Los empresarios de la provincia de Alicante estuvieron el pasado miércoles en Madrid para hacerse oír en su protesta contra la discriminación que los PGE someten al territorio. Allí reclamaron a los 32 diputados de la Comunidad Valenciana que votasen en contra de los presupuestos de Pedro Sánchez, y ejerciesen la insumisión a las siglas de sus partidos a favor del territorio, en este caso de la provincia de Alicante.

El presidente de la Cámara de Comercio de Alicante, Carlos Baño, pidió el miércoles a los políticos de la Comunitat “que sean coherentes y dignos. Si están cobrando un sueldo por representar a su provincia lo que tiene que hacer es actuar para beneficiar a su provincia y no para beneficiar a su partido”.

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La reacción empresarial y política de los alicantinos por los agravios de la provincia en los PGE para 2023 se ha convertido en un problema para Ximo Puig y para Pedro Sánchez, teniendo en cuenta que la ciudad será sede de la Cumbre del EuroMed el próximo 9 de diciembre –aplazada a esa fecha por el positivo covid de Sánchez-.

La reunión de este lunes entre el ministro y la Confederación Empresarial de la Comunidad Valenciana (CEV Alicante) se ve como una oportunidad para elevar las demandas de "inversiones justas", pero también para apaciguar los ánimos –bastante exaltados en algunos círculos- por la discriminación presupuestaria.

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No es le ministro de Hacienda el que viene. Ese no es un detalle baladí, ya que demuestra la postura del gobierno. No envía a un ministro a negociar una mejora,. Lo hace para aplacar la revuelta empresarial.

Pedro Sánchez tiene algo más de un mes para evitar situaciones comprometidas y encontronazos con la sociedad alicantina, e intentar frenar la manifestación anunciada por los empresarios para finales de la semana que viene.

Divide y vencerás

Este viernes la patronal aceptaba la propuesta de canalizar este asunto a través de la Plataforma por un Finaçament Just, algon que no ha gustado a quienes piensan que este es un problema alicantino y no de la Comunidad Valenciana.

Los sectores políticos y empresariales más alicantinistas han visto este acuerdo con recelo y lamentan que se ha diluido el mensaje de la falta de inversión en Alicante con el de la mala financiación d ela Comunidad Valenciana, a todas luces dos asuntos muy distintos entre sí. Creen que si se negocian las dos cosas juntas Alicante seguirá perdiendo todavía más, ya que podría convertirse en moneda de cambio para que la Comunidad en sun conjunto consiga más recursos, gestionados por el Consell.