| 30 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Alfonso Alonso durante su despedida.
Alfonso Alonso durante su despedida.

Casado planea una catarsis en el PP vasco después de cuatro presidentes quemados

El partido está abocado temporalmente a una bicefalia. Alfonso Alonso se une a María San Gil, Antonio Basagoiti y Arantza Quiroga, sus tres antecesores, que también acabaron mal con Génova.

| Ana Isabel Martín España

La última etapa política de Alfonso Alonso es una ironía en sí misma. Llegó a la Presidencia del PP del País Vasco sin proponérselo y se va sin desearlo. 

Llegó a regañadientes, cuando Mariano Rajoy le obligó a renunciar al confort del Ministerio de Sanidad para ser candidato a lendakari; y se va engullido por un acuerdo con Ciudadanos que supone la primera pica en Flandes de Pablo Casado para la reunificación del centro derecha. Un proyecto tan ambicioso como titánico. 

Lloró este lunes Alonso al comunicar su dimisión a sus compañeros; su marcha de un partido al que, según dijo, ha dedicado su vida. En su adiós reivindicó la autonomía del PP vasco y su "capacidad de decidir" sobre los asuntos que le afectan. Y la coalición con Cs lo es. "El PP vasco se ganó su mayoría de edad hace mucho tiempo, con su coraje", afirmó. 

El vitoriano se convierte así en el último presidente del partido que se cobra el eterno conflicto entre Génova y la dirección regional por la estrategia política. Antes que Alonso dimitieron sus tres antecesores: primero María San Gil, más tarde Antonio Basagoiti (que puso un océano de por medio y se marchó a México) y después Arantza Quiroga. Todos ellos por discrepancias con la dirección nacional. En el fondo los sucesivos presidentes del PP vasco siempre se han considerado algo incomprendidos en Madrid. 

Lo inmediato es que no habrá gestora, sino que la hasta ahora secretaria general, Amaya Fernández, asumirá de forma transitoria la Presidencia del PP vasco. "Cuenta con el apoyo y la confianza de la dirección nacional. Con ella al frente de la organización y con Carlos Iturgaiz como candidato a lendakari por la coalición PP+Cs, el Partido Popular confía en reforzar la base social y los valores cívicos del constitucionalismo en el País Vasco y cosechar el 5 de abril los mejores resultados electorales frente al nacionalismo y el socialismo radical, rezaba un comunicado emitido por el PP a última hora de la tarde que dedicaba cuatro líneas de agradecimiento a la "entrega y dedicación" del ya expresidente.

El PP vasco está abocado, al menos temporalmente, a una bicefalia. Porque Carlos Iturgaiz es el candidato elegido por Casado para las elecciones y de entrada será el portavoz en el Parlamento regional, pero no volverá a presidir la formación (lo hizo entre 1996 y 2004). A priori no es ése el plan del líder de los populares. 

En Génova 13 hablan de la necesidad de una "catarsis", de dar un "nuevo impulso" a un partido al que sus últimas encuestas internan auguran un resultado de siete escaños, como contó ESdiario: el peor en tres décadas, desde que Jaime Mayor Oreja obtuvo seis en las elecciones de 1990.

¿En quién piensa Casado? De momento es una incógnita, pero es posible que la solución al enigma esté en alguno de los nombres que acompañen a Iturgaiz en la candidatura. De momento los populares vascos tratan de recuperarse del shock de un inicio de año trágico para sus siglas: en enero dimitió su presidente en Guipúzcoa, Borja Sémper, y ahora la etapa del que ha sido su líder los últimos más de cuatro años acaba como el rosario de la aurora.