Podemos manejaba varios escenarios desde antes de los comicios y su líder tenía claro cuál era el objetivo a batir. Aunque la preferencia de los morados sigue siendo otra.
A Podemos, pese a las palabras, no le ha interesado de forma especial un pacto con el PSOE de Pedro Sánchez. En realidad, la formación de Pablo Iglesias baraja como mejor hipótesis para el partido una posible celebración de nuevos comicios.
El análisis del núcleo duro de Iglesias es rotundo: en unas nuevas elecciones a consecuencia de una situación de ingobernabilidad, Podemos puede desbancar al PSOE, convertido en el principal enemigo a batir dentro del mismo segmento.
Iglesias escenificó la mano tendida al PSOE el pasado lunes pero la realidad es otra muy distinta. Desde antes de conocerse los resultados del 20-D la cúpula podemita barajaba entre sus hipótesis de trabajo un marco similar al actual con una línea muy clara: Podemos no puede quedar en manos del PSOE sino al contrario.
El líder de Podemos recibió mensajes muy claros al respecto: antes en "orgullosa soledad" que en comandita con el PSOE.
El líder de Podemos recibió mensajes muy claros al respecto: antes en "orgullosa soledad" que en comandita con el PSOE.
La situación, según valoran fuentes internas de la formación, beneficia al partido morado haga lo que haga el PSOE. De ahí que Iglesias se lo haya puesto tan difícil a Sánchez al considerar que el desgaste socialista beneficia a Podemos.
Y es que el análisis de los cuadros morados pasa por retorcerle el brazo al PSOE. El núcleo duro podemita es consciente de que al menos dos de las condiciones impuestas para un pacto -el referéndum en Cataluña y la prohibición de las puertas giratorias- son inasumibles por la direccion del PSOE so pena de generar un seísmo interno de proporciones épicas.
De lo acertado de la valoración da idea que ante la posibilidad -remota- de un pacto con Podemos, buena parte de la vieja guardia y Susana Díaz hayan saltado a la palestra para avisar a Sánchez ante esas veleidades.
Dado que Sánchez no puede aceptar las condiciones de Podemos, la patata caliente cae del lado del PSOE, al que la formación morada puede presentar como responsable de no haber llegado a un pacto.
La estrategia recuerda, en cierta medida y salvando muchas diferencias, al catálogo de condiciones leoninas que Rosa Díez se sacó de la manga para bloquear posibles pactos con otros partidos políticos en clara alusión a Ciudadanos.
Los podemitas creen que la otra opción, la de la "gran coalición", también les beneficiaría, ya que mostraría en hechos al Partido Socialista como la otra pata de "lo viejo" y lastraría a quien diese el paso de llegar a un acuerdo con el Partido Popular. Ni qué decir con un eje a tres bandas que incluyese a Ciudadanos.