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Letur, la gran olvidada: un año después de la DANA, el olvido institucional sigue lloviendo

La localidad albaceteña recuerda a sus seis vecinos fallecidos mientras reclama unas ayudas que aún no llegan del todo. El Gobierno de Sánchez, ausente en el primer aniversario de la tragedia.

Letur, en Albacete, ha sido la localidad de Castilla-La Mancha más afectada.

Letur, en Albacete, ha sido la localidad de Castilla-La Mancha más afectada.Víctor Fernández / Europa Press

Luis Sordo
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Letur, el pequeño tesoro de la Sierra del Segura, no olvida. El pasado 29 de octubre se cumplió un año de la DANA que arrasó su casco histórico y se llevó seis vidas por delante. Pero si la lluvia fue entonces la protagonista del desastre, hoy lo es el silencio. Un silencio institucional que, según los vecinos, duele tanto como el agua que bajó por las calles aquel día.

Ni una representación destacada del Gobierno central, ni un gesto político más allá de los comunicados de rutina. Mientras otras zonas afectadas por la misma DANA recibieron visitas, fondos urgentes y portadas, Letur sigue esperando. “Nos prometieron reconstrucción, pero seguimos reparando con lo que tenemos”, confiesa un comerciante del casco antiguo que aún no ha podido reabrir su tienda.

El homenaje que se hizo sin Sánchez

En la Plaza Mayor, abarrotada, los letureños encendieron velas por sus seis vecinos fallecidos. Hubo emoción, lágrimas y unidad. Pero también hubo ausencias notables: ningún representante del Ejecutivo central acudió al acto, pese a la invitación cursada desde el Ayuntamiento.

El alcalde, Sergio Marín, fue prudente en las formas, pero claro en el fondo: “Hemos sentido el apoyo de muchos, pero no de todos. Letur necesita menos palabras y más hechos”.

La frase fue recibida con aplausos. Porque detrás de la solemnidad del recuerdo late una indignación contenida: los letureños sienten que su tragedia no pesó lo suficiente en Madrid.

Promesas y burocracia: las dos caras de la ayuda estatal

Un año después, los fondos prometidos por el Gobierno central no se han ejecutado en su totalidad. De las ayudas comprometidas por el Ministerio del Interior tras la declaración de “zona gravemente afectada”, solo una parte ha llegado a los afectados directos, y muchas de ellas, según denuncian fuentes municipales, “con una tramitación insoportable”.

El contraste con otras zonas golpeadas por la misma DANA —como Picaña— es evidente: allí la presencia institucional fue inmediata, los fondos fluyeron y las obras avanzaron. En Letur, en cambio, las máquinas apenas han empezado a trabajar en las zonas más dañadas.

“Han venido técnicos, han hecho fotos y se han ido. Pero el pueblo sigue igual”, lamenta María, vecina del barrio de Las Eras, que perdió su vivienda y aún vive de alquiler.

La reconstrucción a paso lento

El centro histórico, joya arquitectónica del siglo XVI, permanece a medio levantar. Algunas calles siguen cerradas por riesgo de derrumbe, y los estudios geológicos apuntan a movimientos de tierra que complican cualquier reconstrucción rápida.

El Ayuntamiento ha entregado 26.000 euros en ayudas propias a familias que acogieron a damnificados, mientras las ayudas estatales y autonómicas se reparten con cuentagotas.

Desde la Confederación Hidrográfica del Segura, dependiente del Gobierno central, se anunció la construcción de una presa y una balsa para evitar futuras inundaciones. Pero el proyecto no estará terminado hasta dentro de cinco años, como reconoció la propia CHS. Una previsión que ha generado indignación entre los vecinos: “Cinco años son una eternidad para quien ya lo ha perdido todo”.

El contraste: titulares para otros, silencio para Letur

Durante la emergencia, los focos mediáticos y políticos se centraron en la costa levantina. En Letur, a más de 700 metros de altitud y fuera del circuito turístico masivo, el drama se vivió con discreción… y con escaso eco.

Los habitantes sienten que esa invisibilidad también se trasladó a las instituciones: menos cámaras, menos presión y, en consecuencia, menos prioridad.

Un año después, la historia se repite. Mientras Pedro Sánchez conmemora “la resiliencia ante los desastres climáticos” en actos oficiales de mayor alcance, nadie del Gobierno pisó Letur en el aniversario. Ni un ministro, ni un secretario de Estado. Solo las cámaras locales y el pueblo, que sigue recogiendo los pedazos.

Letur no pide limosnas, pide justicia

El municipio, que este año ha sido incluido entre Los Pueblos Más Bonitos de España, resiste gracias al esfuerzo vecinal. Las cooperativas agrícolas han reanudado parte de su producción y el turismo rural empieza a renacer, pero la herida institucional sigue abierta.

“Letur no quiere ser noticia solo cuando hay desgracias”, resume el alcalde. “Queremos que se nos mire cuando pedimos soluciones”.

Mientras tanto, la pregunta resuena en la sierra:

¿Dónde estaba el Gobierno cuando Letur más lo necesitaba?

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