Objetivo, salvar la exclusiva: la sonada operación orquestada por Kiko Rivera

De todo se aprende. O, al menos, eso es lo que deben de haber pensado Kiko Rivera e Irene Rosales de la boda de otro Kiko, Matamoros, con Makoke. Y es que la aparición de un topo intencionado y otro algo despistado, pudo hacer saltar por los aires el acuerdo económico que la familia Matamoros había firmado con dos revistas.

Pero este Rivera Pantoja lo tiene todo planificado. O, al menos, eso es lo que él cree, porque no descartamos que haya algún interesado en destripar la exclusiva que el hermano de Chabelita ha firmado con la revista Hola.

Dependiendo de la información que se llegue a filtrar, la sonada cuantía económica firmada por los padres de Ana Rivera Rosales se puede ver afectada en mayor, o menor, proporción. Y, cosa rara, en este enlace lo que tiene más valor no es, por una vez, el vestido de la novia.

La madre de Kiko y Chabelita es una de las fotos más buscadas y esperadas

Las escasas apariciones de Isabel Pantoja y las pocas imágenes que se han tomado de ella desde que salió de la cárcel, han convertido en a la madre de Kiko y Chabelita en una de las fotos más buscadas y esperadas.

Hasta el punto de que Isabel se sentiría un tanto agobiada por la expectación mediática que está suscitando. Aunque esto no viene nada mal como publicidad para su próxima reaparición en los escenarios.

Pero Isabel, que ha dejado, hace mucho, de querer ser el centro de atención, ha pensado incluso en no posar en las esperadas instantáneas de Hola. Un par de imágenes y se acabó. Con eso está más que cubierta la cláusula del contrato. 

Boda blindada

Pero, para eso, se deben salvaguardar todos los frentes abiertos. Más allá de la precaución básica de requisar los móviles a la gente, dicen que Kiko e Irene han contratado un dron anti drones, y así evitar que cualquier aparato volador se posicione perfectamente y tome una imagen en el momento más deseado.

Además, aprendiendo de lo ocurrido a Makoke y Matamoros, los novios no dejarán que nadie que no conozcan, o haya sido confirmado con suficiente antelación, acuda como acompañante a la boda. Además de pedir a todos los asistentes que envíen su DNI antes del enlace. Todos tienen que estar bien identificados.

Y es que si París bien vale una misa, esta jugosa exclusiva bien vale un acoso y derribo a los 150 invitados.